JACOBO II promulga una Declaración de indulgencia que suspende todas las leyes penales contra católicos.


En abril de 1687, JACOBO II promulga la tercera Declaración de Indulgencía, que suspende todas las leyes penales contra católicos y disidentes y tolera cierta libertad de cultos. Pero muchos ingleses consideran que aquel decreto, en realidad liberal y justo, no es sino otro paso para, a imitación de la Francia de LUIS XIV en su persecución a los hugonotes, iniciarla en Inglaterra contra los anglicanos. Más de un católico, presintiendo las consecuencias de aquellas intermitentes medidas, rehusa aceptar los cargos ofrecidos por el rey e, incluso el papa INOCENCIO XI, le aconseja moderación.