FELIPE V otorga licencia real para la fundación de la Real Academia Española de la Lengua en Madrid.


FELIPE V otorga licencia real para la fundación de la Real Academia Española de la Lengua, establecida en Madrid y compuesta inicialmente por ocho miembros, a los que el monarca ha concedido el privilegio de que sus obras personales no tengan que ser sometidas a censura. El lema «Limpia, fija y da esplendor», escrito junto a un crisol puesto al fuego, sintetiza el espíritu de la Academia en favor del idioma. Alguna historia de la Corporación, que las actas no confirman, lo atribuyen a D. José de Solís, conde de Montellano. Como proyecto inmediato, los académicos de la lengua tienen la elaboración de un diccionario de autoridades, una gramática y una ortografía.