En el comunicado en el que los terroristas de laa RAF anuncian su disolución, no hay ni una palabra de lamento por las víctimas.

El 20 de abril de 1998, el día del aniversario de Hitler, la oficina de la agencia de noticias Reuters en Colonia recibe una carta de ocho páginas que empieza así: «Hace casi 28 años, el 14 de mayo de 1970, surgió la RAF como una acción de liberación. Hoy terminamos con el proyecto. La guerrilla urbana en la forma de la RAF ya es historia». La RAF lleva seis años sin pegar un tiro por lo que muchos pensaban que ya no existía esta organización. Así, pues, el final de Rote Armee Fraktion o Fracción del Ejército Rojo (RAF) – también conocidos, en sus inicios, como Baader-Meinhof- puede decirse que desaparece por carta. No ha habido ninguna negociación, más allá de rebajas de penas para los presos dispuestos a renunciar a la violencia. Pero tampoco ha sido, como en caso de la francesa Action Directe o de las Brigadas Rojas italianas, una derrota a manos de las fuerzas de seguridad el motivo único de la disolución. En el comunicado en el que anuncian su disolución, los terroristas lamentan no haber dispuesto de un brazo político. Ni una palabra de lamento por las víctimas.