En la fecha, la elite británica, con JORGE V a la cabeza, aguarda el inicio de las carreras en el hipódromo de Epsom. Al mismo tiempo, militantes sufragistas se aprestan a entrar en acción. Tienen planeado saltar a la pista una vez concluidas las carreras al compás del grito «Voto para la mujer». Pero su líder, Emily Davison, no tiene paciencia y en plena competición se lanza al terreno. No advierte que en aquel momento un caballo ataviado con los colores reales cruza a toda velocidad. Davison muere tres días después. Tras el accidente, el Rey se limita a preguntar: «¿Está bien mi caballo?».
