GREGORIO XI vuelve nuevamente a Roma el 7 de noviembre de 1377. Después de Aviñón, cuando los Papas establecen de nuevo su sede en Roma, preferirán instalarse en la Basílica de Santa María de Trastevere, dejando el Palacio de Letrán. Posteriormente se trasladarán a la Basílica de Santa María la Mayor y finalmente a la Ciudad del Vaticano, donde entre los siglos XV y XVI, construirán una verdadera ciudad santa que comprenderá la nueva basílica y los palacios pontificios.
