El Marqués de POMBAL, la emprende contra los jesuitas de Portugal bajo la acusación de complot.


En la fecha, se dicta sentencia por el atentado contra el rey JOSÉ I de Portugal. El duque de Aveiro y sus hijos son condenados a ser descuartizados y quemados, siendo sus bienes requisados y sus títulos borrados de la heráldica. Igual suerte corre el marqués de Tavora. Y detrás de todo se halla la Compañía de Jesús, por ser defensora del tiranicidio. Pombal encuentra así la excusa para actuar sobre los jesuitas.