GUERRAS CÁNTABRAS (29 aC - 19 aC)

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Los romanos consiguen conquistar una parte de la zona norte de Hispania que está pendiente.


Del 38 al 27 aC, los romanos consiguen conquistar una parte de la zona norte de Hispania donde se encuentran las tribus de los autrigones, caristios, vardulos, berones y vascones…

Esta pieza también aparece en ... ROMA (REPÚBLICA) (509 aC - 27 aC) • VASCONIA / VASCONES

Se inician las Guerras Cántabras.


Se inician las Guerras Cántabras (29 aC.-19 aC.), enfrentamientos entre el Imperio romano y los distintos pueblos astures y cántabros que habitan el territorio conocido ya por los antiguos romanos como Cantabri, al norte en la Península Ibérica. Los enfrentamientos mantenidos por Roma contra los diversos pueblos del Norte hispano (cántabros y astures principalmente) representarán la culminación de la larga conquista de la Península Ibérica. La resonancia de estas guerras sobrepasará a la de gran parte de las emprendidas por el Estado Romano a lo largo de su historia. La razón de ello no hay que buscarla en el ámbito estrictamente militar, sino en el alcance político que se le concederá a la conquista del Norte peninsular, única operación dirigida personalmente por el emperador César Augusto que dirigtirá la guerra personalmente a partir del 27 aC.

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El emperador AUGUSTO reorganiza las provincias hispánicas. Divide la Ulterior: Bética y Lusitania


El emperador CÉSAR AUGUSTO reorganiza las provincias hispánicas. Además de impulsar la red de carreteras, divide en dos la provincia Ulterior: la Bética (capital: Córdoba) y la Lusitania (capital: Mérida). La Bética del todo pacificada, está bajo control del Senado. Por el contrario, la Lusitania y la Citerior, llamada a partir de ahora, Tarraconensis, donde la presencia del ejército es todavía necesaria, dependen directamente del emperador. La Lusitania comprende el actual Portugal, pero con capital en Mérida y sin las regiones del Norte, que siguen perteneciendo a la Citerior, con capital en Tarragona. La Baetica, cuya capital es Córdoba, se extiende algo más hacia el norte que la actual Andalucía; pero no comprende ya la región oriental de la actual provincia de Granada: Acci (Guadix), Cástulo (Cazlona, junto a Linares) Salaria (Úbeda), Basti (Baza), pertenecen a la Tarraconensis. Esta división territorial estará en vigor durante la primera expansión del cristianismo en Hispania hasta la gran división de Diocleciano a fines del siglo III.

El emperador César Augusto llega a Hispania, decidido a dar el golpe de gracia a los cántabros.


La nueva división de la península Ibérica se produce, precisamente, como consecuencia y en mitad de las guerras cántabras. Al mismo tiempo se da la circunstancia de que Asturiae y Gallaecia (Asturias y Galicia) quedan encuadradas en la provincia de Lusitania, mientras que Cantabria queda encuadrada en la provincia Citerior, bajo el control directo del emperador César Augusto que se presentará, precisamente, ese mismo año (27 aC.), en tierras cántabras. Este hecho implica expresamente que Cantabria no se considera aún una tierra pacificada y que, por lo tanto, necesita tropas bajo el gobierno del legatus augusti propaetore para ser pacificada. Es más, desde el año 26 aC., el historiador Floro sólo mencionará a cántabros como contendientes y es a partir de esa fecha cuando Roma desplegará todo su poderío militar en la región. Así, pues, el emperador CÉSAR AUGUSTO al final del 27 Ac llega a Hispania, decidido a dar el golpe de gracia a los cántabros. Está en juego la zona de Hispania que falta conquistar por los romanos, la cornisa cantábrica, aquél “húmedo y montuoso territorio”. Lo conseguirá siete años después.

Cuando Augusto está dirigiendo la campaña contra cántabros y astures, enferma y se retira a Tarraco.


Poca cosa sabemos de los detalles de la guerra contra cántabros y astures a excepción de lo ocurrido en las campañas de 26 y 25 aC. por el hecho de que en ellas participa el propio emperador. Cuando CÉSAR AUGUSTO está dirigiendo la campaña contra cántabros y astures, enferma y se retira a Tarraco. Durante su estancia en Tarraco, esta ciudad se convierte en la capital efectiva del mundo romano. Tarraco llega a situarse con sus 30.000 hombres (alrededor del 25 aC.) muy por encima de las otras ciudades de lo que luego será Catalunya convirtiéndose en el cerebro y motor de toda la provincia romana. Tarraco está dividida en dos zonas dispuestas en terrazas escalonadas y separadas por el circo. En la zona alta se encuentra el foro provincial. En la zona baja, que se extiende desde el circo hasta el puerto, se encuentran los barrios residenciales, el foro local y las termas. Fuera del recinto amurallado está el teatro y el anfiteatro.

En Hispania, se pone fin a las guerras de los pueblos hispánicos contra Roma.


En Hispania, con la victoria de los romanos frente a los últimos núcleos de resistencia indígena, y especialmente con la derrota de los astures, cántabros y vascones en el año 19 aC., se pone fin a las guerras de los pueblos hispánicos contra Roma. Las Guerras Cántabras (29-19 aC) han resultado contra todo pronóstico tan sangrientas que prácticamente se zanjan con el virtual genocidio de los nativos. “Clavados en la cruz mueren entonando himnos de victoria”, escribe Estrabón. Roma impone la paz de los cementerios. La paz de AUGUSTO queda asegurada en el noroeste de la Península Ibérica mediante una serie de legiones acantonadas en lugares estratégicos. La presencia prolongada de estos ejércitos facilita la explotación de la riqueza minera, además de acercar a los nativos a la cultura de Roma. El total dominio sobre Hispania abre el período de paz conocido como la era de la “pax augusta”.