José CANALEJAS y Méndez, -liberal- pasa a ser presidente del Consejo de ministros (9/2/1910-12/11/1912) después de que Segismundo MORET dimita en febrero de este año. Posee dotes de mando y gracias a él por primera vez desde la Restauración los liberales encontrarán un verdadero jefe. Como prueba de las esperanzas que despierta su nombramiento algunos intelectuales republicanos ingresan en el partido liberal. Rápidamente sabe imponerse en la jefatura de su partido e incluso los propios partidarios de Moret aceptan su dirección aunque les pese.

La labor legislativa de CANALEJAS, comparada con la de Maura, resulta mucho más discreta pero también muy efectiva. Presentó un proyecto para sustituir el Impuesto de Consumos por uno progresivo sobre las rentas urbanas, que causó las iras de los medios acomodados. Para pedir su aprobación, Canalejas hubo de recurrir a la llamada a la disciplina y aun así 30 liberales votaron en contra. Otra medida popular fue la reforma de la ley de Reclutamiento, por la que en tiempo de guerra el enrolamiento sería obligatorio y en tiempo de paz, sin embargo, sólo duraría cinco meses si se procedía al pago de una suma de dinero. Hasta entonces existía la redención en metálico, que permitía eludir la obligación de incorporarse a filas a los jóvenes burgueses.

Las legislaturas liberales presididas por Canalejas, promoverán una auténtica persecución contra la Iglesia que provocará una rotura de las relaciones diplomáticas entre España y la Santa Sede y contribuirá a alimentar rencores y rencillas. Solicitará, en consecuencia, la revisión del Concordato de 1851 y forzará el abandono de algunos privilegios de los que goza el clero. Mientras tanto, el PSOE va implantándose lentamente. PABLO IGLESIAS, consigue entrar como diputado. Los partidos republicanos se encuentran tan divididos como los monárquicos. La extrema derecha, los carlistas, también, a su vez, están igualmente divididos con un programa que sólo mira al pasado.

En España, el 15 de junio de 1910 en la apertura del Congreso, CANALEJAS anuncia la Ley del Candado que no se discutirá en Cortes hasta meses más tarde (en diciembre de 1911). Este proyecto de ley trata de crear una nueva reglamentación de las asociaciones clericales, con el fin de desargumentar la posición de los partidos radicales, aunque no lo entienden así la Iglesia y la oligarquía que ve en la ley una intromisión del gobierno en los asuntos eclesiásticos. El nombre de Ley del candado es el nombre aplicado a esta ley porque prohíbe el establecimiento de nuevas congregaciones religiosas en España, limitando así entre otros, el poder de la Iglesia sobre el Estado. ¡Echa el candado!. La Ley del Candado enfrenta a CANALEJAS con Roma y con parte del clero frente a sus ideas de libertad de cultos y enseñanza de la religión, que desencadena una oposición violenta de los ultracatólicos provocando que nunca llegará a aplicarse.

CANALEJAS, presidente del Consejo de Ministros del Gobierno de España, procura suavizar el problema de las reivindicaciones de los nacionalistas, apoyando la creación de la Mancomunidad de Catalunya, unión de las diputaciones provinciales que supone el reconocimiento de la autonomía administrativa, aunque no de la política.

En septiembre de 1911, la CNT ensaya una huelga revolucionaria contra la Guerra de Marruecos que al fracasar y con la excusa de los “hechos de Cullera”, permite al gobierno de CANALEJAS ilegalizar durante tres años el nuevo sindicato. En plena huelga general declarada por la CNT, un juez, el oficial del juzgado y el aguacil de Cullera (Valencia) son asesinados como consecuencia de unos disturbios sociales. Veinte obreros son detenidos y seis condenados a muerte. Más tarde en un proceso célebre, el abogado consigue que las seis penas de muerte sean commutadas. La CNT se verá obligada a actuar desde la clandestinidad.

CANALEJAS sabe dejar atrás sus prejuicios clericales y, convertido en un político maduro e inteligente, sabe enfrentarse con energía y decisión a graves problemas internos, como la huelga general ferroviaria que tiene lugar en la fecha, e internacionales como la intervención de Francia y Alemania en Marruecos. En ambos casos, el primer ministro de ALFONSO XIII obra con la energía necesaria, solucionando la huelga con medios severos pero no represivos, y enviando al ejército a realizar los exitosos desembarcos en Arcila, Larache y Alcazarquivir, que devolverán a sus cauces la situación en Marruecos.

Por la decisión con que CANALEJAS, presidente del consejo de ministros, se ha enfrentado a las revueltas obreras, es asesinado, frente a la librería de San Martín, en la Puerta del Sol de Madrid. Su agresor, el anarquista MANUEL PARDIÑAS efectúa tres disparos por la espalda a CANALEJAS, y después, tras recibir varios garrotazos de un agente de seguridad y al verse acorralado, se suicida disparándose dos tiros. CANALEJAS fallece durante su traslado al Ministerio de la Gobernación. A pesar de lo corto de su obra, CANALEJAS ha sido una esperanza del que podía esperarse mucho más y, desde luego, el único gran gobernante del partido liberal durante todo el reinado de ALFONSO XIII.