NOUCENTISME

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Enric PRAT de la RIBA publica en 1906 «La nacionalitat catalana».


Enric PRAT de la RIBA publica en 1906 «La nacionalitat catalana». Se trata de una justificación filosófica del nacionalismo catalán tendente a la constitución de un Estado catalán dentro de una Federación española. La obra tiene, pues, una importancia estratégica de primer orden para la Lliga, hasta el punto que Eugeni d’ORS la considera el «llibre de capçalera de Catalunya». Se trata de un auténtico breviario nacional que arranca con la decadencia de Catalunya, continúa con el despertar provincialista y regionalista del XIX, se encara con la génesis del nacionalismo y culmina con el nacionalismo político y el imperialismo de fin de siglo. La obra supone el arranque del programa del «Noucentisme», que persigue la modernización y la nacionalización de Catalunya. PRAT de la RIBA considera que el imperialismo es una necesidad de la acción nacionalista, de la fuerza civilizadora de los pueblos. Para la Lliga este imperialismo ha de concretarse en un intervencionismo político y cultural en España para regenerarla y ponerla a la cabeza del ideal ibérico.

La doctrina «noucentiste» (1906-1931) se fundamenta en la capacidad humana de ordenación de las cosas.


La doctrina «noucentiste» (1906-1931) se fundamenta en la capacidad humana de ordenación de las cosas por encima de las fuerzas de la naturaleza o de la vida. Sus ideales son la racionalidad, el clasicismo y la sobriedad de los intelectuales franceses del siglo XVII, como Descartés. Eugeni d’ORS, quien acuña el término «Noucentisme», es su principal ideólogo con las «glosses periodístiques» que desde 1906 publicará durante quince años, en «La Veu de Catalunya». Desde esta tribuna y bajo el pseudónimo de Xènius, irá creando un estado de opinión entre un público cada vez más culto. Las «glosses periodístiques» son un conjunto de ensayos breves, nunca más de una página, llenos de aforismos y símiles, de elevación constante de la anécdota a categoría con el objetivo de atraer la atención del lector. Se trata de un estilo periodístico nuevo, pensado para filosofar sobre el tiempo presente y captar las llamadas, por Eugeni d’ORS, «palpitacions del temps».

Los escritores de principio de siglo son partidarios de la poesía como género ante la novela o el teatro.


Los escritores de principio de siglo son partidarios de la poesía como género ante la novela o el teatro, que rechazan porque describe realidades «vulgares». Josep Carner (conocido como «príncipe de los poetas»), por ejemplo, se declara provocativamente «partidario de la supresión absoluta de la novela». En la fecha, Carner escribe y publica un libro de poemas que será considerado emblemático del «Noucentisme»: «Els fruits saborosos». En esta obra, CARNER fija con fina ironía una sucesión de valores morales (seny, previsión, control de las situaciones, dominio de la naturaleza, família) en perfecta sintonía con una idea burgesa del orden, medida y equilibrio del mundo y de las cosas.

A medida que la sociedad catalana se impregna de estas ideas se produce un rechazo estético de todo aquello que tiene que ver con el siglo XIX.


A medida que la sociedad catalana se impregna de estas ideas se produce un rechazo estético de todo aquello que tiene que ver con el siglo XIX. Esta reacción forma parte de una relectura global de la historia de Catalunya, muy influida por las necesidades concretas del programa «noucentiste». En el Ideal «noucentiste», Catalunya es un todo orgánico que toma como referencias históricoestéticas la tradición clásica y mediterránea. Su programa de acción cultural se concreta en las ideas de intervención, imperialismo y arbitrariedad y en otros valores afines como orden, armonía, ciudad, civismo y obra bien hecha.

El «noucentisme» quiere construir una imagen de la catalanidad fundamentada en el «seny.


El «noucentisme» quiere construir una imagen de la catalanidad fundamentada en el «seny». Según esta interpretación de nuestra identidad colectiva, los catalanes hemos sido y tenemos que ser «assenyats» y «pactistes». Se piensa que esta visión de nuestra historia contribuirá a vacunarnos contra la violencia que amenaza el conjunto de Europa y que ha marcadoprofundamente la experiencia vital de muchos catalanes del siglo XIX. No es extraño, pues, que los «noucentistes» tengan la sensación de que el país necesita respirar un instante, para reemprender el aliento e iniciar un nuevo camino de autonomía nacional, de modernidad y, tal vez, de justicia social. Muchos de los miembros de esta generación tienen la impresión de que todos estos proyectos exigen un cierto nivel de amnesia selectiva respecto a una gran parte de los acontecimientos del siglo XIX. La «rauxa» cede el relevo al «seny» de los «noucentistes».

La situación del catalán es precaria, en parte porque todavía no se ha fijado un criterio normalizador.


La situación del catalán es precaria, en parte porque todavía no se ha fijado un criterio normalizador. Fruto de la represión y de la falta de enseñanza, en la calle se utilizan expresiones incorrectas, castellanismos y galicismos. Hasta hay quien niega que el catalán es un idioma. Asi, coincidiendo con el desarrollo de Solidaritat Catalana y la primera formulación del «noucentisme», en el octubre de 1906 se celebra un magno encuentro para estudiar una reforma gramatical que recoja la riqueza de la lengua catalana. En el Congreso, a iniciativa del filólogo mallorquín mossèn Antoni Maria Alcover, se reúnen más de 3.000 asistentes.

El descubrimiento del asentamiento griego de Empúries alimenta uno de los grandes mitos del «Noucentisme»: la Catalunya griega.


El descubrimiento del asentamiento griego de Empúries alimenta uno de los grandes mitos del «Noucentisme»: la Catalunya griega. Las excavaciones empiezan en 1907 bajo la dirección de Puig i Cadafalch y se llevan a cabo de una manera sistemática, al estilo de las grandes excavaciones del Próximo Oriente. La importancia del yacimento, provoca un gran impacto en la comunidad científica internacional y proporciona al «Noucentisme» unas imágenes emblemáticas. Las excavaciones las llevarán a cabo primero la Junta de Museus de Barcelona y después el Servei d’Excavacions Arqueològiques de l’Institut d’Estudis Catalans.

A pesar de las dificultades para consolidarse profesionalmente, la escultura postmodernista da nombres de gran interés.


A pesar de las dificultades para consolidarse profesionalmente, la escultura postmodernista da nombres de gran interés. Un ejemplo es el tarragonés Carles Mani, del que es necesario destacar ‘Els degenerats’, obra en la que ha trabajado muchos años y que no ha presentado hasta 1907, cuando pasa a colaborar con Gaudí en las obras escultóricas de la Sagrada Família. También los hermanos Miquel i Llucià Oslé ganarán reconocimiento por obras como ‘Esclaus’ (1906) i ‘Presos’ (1907), que no son otra cosa que grupos de sobrias representaciones obreras. Ahora bien, la figura más representativa del postmodernismo escultórico catalán es la de Pau Gargallo, con una de las obras más profundas, ‘La bèstia de l’home’ (1904), donde trata el tema del embrutecimiento humano.

Al lado de «La Veu de Catalunya», destacan la revista «Empori», dirigida por Josep Carner, y el semanario castellano «La Cataluña».


La literatura, en especial el género poético, es el principal vehículo de afirmación del «Noucentisme» en sus primeros años, unos años en los que su institucionalización todavía resulta difícil y en los que es necesario otras plataformas. Así, al lado de «La Veu de Catalunya», destacan la revista «Empori» (1907-1908), dirigida a la sombra por Josep Carner, y el semanario castellano «La Cataluña» (1907-1910) que se ha creado para dar a conocer Catalunya al resto del estado desde un cierto eclecticismo ideológico. La conyuntura de crisis producida por la Semana Trágica conducirá a la marginación definitiva de los elementos modernistas y a la incorporación de los escritores «noucentistes» a la política catalanista.

Con la hegemonía del Noucentisme, dos nuevos géneros literarios se consolidan en Catalunya: La novela rosa y la literatura infantil.


Con la hegemonía del Noucentisme, dos nuevos géneros literarios se consolidan en Catalunya. De un lado, la novela rosa, que tiene una producción autóctona propia y colecciones destacadas como ‘Biblioteca Damisel·la’ o ‘Biblioteca Gentil’. Esta última va dirigida a un público joven y es creada por Josep Maria Folch i Torres, el gran protagonista del otro género en alza: la literatura infantil. Desde 1909, Folch i Torres dirige el popularísimo semanario ‘En Patufet’, donde publica las narraciones para adolescentes ‘Pàgines viscudes’. Este semanario alcanzará una tirada de 65.000 ejemplares. En el campo de las novelas de aventuras, Folch se estrenará con ‘Les aventures extraordinàries d’en Massagran’ (1910), publicadas en la ‘Biblioteca En Patufet’.