Karl Marx ve realizado uno de sus sueños con la fundación de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), llamada simplificadamente la I Internacional, en St. Martin’s Hall (Londres). El acto provoca gran revuelo en toda Europa. El mismo Marx redactará los estatutos. Se trata de una organización trasnacional anarquista que une a sindicatos de diferentes países de ideología antiautoritaria, en su mayoría anarcosindicalistas, aunque también federa organizaciones de trabajadores con fines revolucionarios. Su lema oficial en la actualidad es: «Contra la globalización, internacionalismo proletario. Ni guerra entre pueblos ni paz entre clases». Tiene dos líneas: una, la orientada por Karl Marx, partidaria de la vía estatista al socialismo, y dos, la anarquista, orientada por el revolucionario ruso Bakunin, contraria a la dictadura del proletariado. Se celebrarán congresos anuales, con resultados dispares.
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES (AIT)
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La revolución de setiembre permite la legalización de diferentes sociedades obreras clandestinas.
La revolución de setiembre permitirá la legalización de diferentes sociedades obreras clandestinas que actúan en Catalunya. También se fundará el Centre Federal de les Societats Obreres que enseguida entra en contacto con la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT). Esta asociación se extenderá a lo largo del sexenio democrático (1868-1874). De las dos tendencias que rápidamente surgirán en su seno, la marxista y la bakuninista, la que alcanzará mayor eco en los campos y ciudades de España será esta última, sobre todo en Catalunya y en Andalucía, donde andando el tiempo se convertirán en el credo favorito de la clase obrera.
Congreso obrero en Barcelona: Se crea la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE).
España, si bien con lentitud accede al tren del progreso, presenta profundas contradicciones sociales. Las injusticias y los desequilibrios están creando una progresiva toma de conciencia social entre los trabajadores, que viene acompañada de una mayor capacidad organízativa. El movimiento anarquista, clandestino durante los primeros años de la Restauración, sale a la luz con el gobierno SAGASTA. Así, se celebra un congreso obrero (24/25 de septiembre) en Barcelona de dónde sale la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), a instancias de un grupo de trabajadores, mayoritariamente de tipógrafos, tras la disolución de la Federación Regional Española, sección española de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), también conocida como la Primera Internacional. Publican periódicos como ‘El Productor’ y ‘La Tramontana’. Internamente destacarán los enfrentamientos entre el sector colectivista bakunista y el sector comunista libertario kropotkiniano.