A Alfonso VIII, rey de Castilla, le sucede su hijo menor ENRIQUE I (1214-1217) que sólo tiene once años. Los demás hijos varones del fallecido monarca han fallecido ya. Casi al mismo tiempo muere también LEONOR de Inglaterra, madre de ENRIQUE y, por lo tanto, la regencia, de acuerdo con el testamento real, recae en BERENGUELA, hija de Alfonso VIII, “esposa” separada de ALFONSO IX de León y hermana, por tanto, del nuevo rey de Castilla. Todo este cúmulo de fatalidades no hará sino beneficiar, paradójicamente, a los intereses futuros del rey FERNANDO.

La muerte de Alfonso VIII de Castilla lleva a ALFONSO IX de León a participar directamente en los asuntos castellanos. Como consecuencia de las luchas internas que se producen en Castilla durante la minoría de edad de ENRIQUE I, ALFONSO IX se reúne con éste y sus partidarios en agosto de 1216. El plan de algunos castellanos es conseguir la boda de ENRIQUE I con Sancha, la hija mayor de ALFONSO IX y su primera esposa TERESA de Portugal. De esta forma se unirían ambos reinos y se apartaría a FERNANDO, hijo de ALFONSO IX y BERENGUELA, de su posible sucesión al trono.

Fallece accidentalmente en Palencia ENRIQUE I, rey de Castilla, cuando cuenta trece años de edad. Queda como única heredera, a falta de herederos varones, la infanta BERENGUELA hija de Alfonso VIII y regente de Castilla.