La Hermandad de la Marisma es, sin duda, una hansa (confederación de ciudades), nacida precisamente para posibilitar la realización del comercio de lana, hierro, sal, vino y textiles, con Inglaterra y Flandes: Southampton y Brujas eran los principales puertos de destino. Pero se la puede considerar también, y esta es la causa de que adopte la forma de Hermandad, como un proyecto de establecer distancias entre sus intereses y los de los señores de Vizcaya.

Habiendo muerto el rey Sancho IV de Castilla, DIEGO LÓPEZ de Haro -hermano del asesinado Lope Díaz de Haro (1288)- regresa al señorío de Vizcaya.

Apenas vuelto a casa en 1295, DIEGO LÓPEZ había concebido el proyecto de crear una nueva villa señorial aforada al resguardo de la ría de Nervión. A esta villa, que se funda en 1300, la llama Belvao, que significa “buen vado”, y de ahí se convirtirá en Bilbao. La nueva villa prospera rápidamente gracias al comercio del hierro vizcaíno y la lana castellana, este último interferido por la competencia con Santander. (Por otra parte se lee que el nombre de Bilbao procede del antiguo castillo de Biribilbao, demolido ya en 1366)

Los derechos de la casa de HARO en Vizcaya hasta entonces profundamente arraigados por la circunstancia de haberse producido una monótona sucesión por línea rigurosa de varones, empiezan a diluirse. Por estas fechas, se han unido en Vizcaya las dos casas más importantes de la nobleza antigua. Los HARO y los de la CERDA.

En una época que resulta difícil precisar, las villas y anteiglesias del País Vasco comienzan a celebrar reuniones de carácter general, por separado: juntas de Guernica, para Vizcaya, cada dos años; juntas de Arriaga, para Alava, anuales; juntas de Guipúzcoa, también cada dos años aunque en localidad diferente en cada ocasión. La vinculación directa de Guipúzcoa a la corona no ofrece dudas: es por su propia naturaleza una provincia.

Guipúzcoa queda incorporada a la Corona de Castilla.

La independencia que Álava ha mantenido con mayor o menor grado con los reyes de Castilla (siglo X) y Navarra (siglo XI), cesa de manera voluntaria en 1332, cuando el Consejo de Arriaga (Álava) toma el acuerdo de no reconocer en adelante más señor de la tierra que el rey de Castilla. Este hecho ha tenido siempre una importancia histórica fundamental como soporte de las reivindicaciones autonomistas vascas. Los linajes alaveses, Ayala, Mendoza y Stúiga se ven favorecidos, porque pasan al vasallaje directo de ALFONSO XI (1312-1350), iniciando una carrera que les conducirá al mayor rango de la grandeza.

En marzo de 1375 se firma en Brujas una tregua general: es la primera vez que los puertos vascongados obtienen el reconocimiento de su derecho a navegar sin obstáculos por el golfo de Vizcaya. Tribunales arbitrales se encargarán de regular los actos de piratería. Con el tiempo el dominio marítimo se extenderá a toda la costa. Por otra parte, se desarrolla con fuerza la flota pesquera vasca, que llegará hasta Terranova y Groenlandia.

El señor de Vizcaya en 1379, Juan de Haro, se convierte en rey de Castilla. Vizacaya unida a título personal, conserva su soberanía, como lo demuestra el juramento ritualmente prestado en Gernika por los reyes de Castilla y de Vizcaya. Todas las regiones vascongadas han obtenido unos fueros sin los cuales hubiese sido imposible su pertenencia a Castilla. Este reino supo entender (frente al centralismo navarro) el fuerte arraigo de la identidad alavesa, guipuzcoana y vizcaína, dotándoles de unos fueros para que se pudiesen autogobernar dentro del Reino de Castilla. Juan de Castilla asume los títulos de Hispaniarum Rex y señor de Vizcaya.

El definitivo pacto entre Vizcaya y la Corona de Castilla tiene lugar en 1379. La Casa de los López de Haro se ha extinguido años antes, por lo que el señorío recae sobre los Lara y posteriormente en los Manuel, a los que pertenecía Juana Manuel, esposa del rey Enrique II de Castilla.