Nace, en la fecha, en La Meca, MAHOMA o Muhammad, también llamado Ahmad en el Corán (571/632), “el lunes 9 del mes de Rabi-Awal”, profeta del Islam. (Existen diversas fechas para su nacimiento) Su infancia transcurre entre los nómadas camelleros del desierto. Toda su juventud está envuelta en la densa niebla de las tradiciones y leyendas. Casi la única fuente segura para informarnos sobre su primera evolución es el mismo Corán o libro sagrado de los árabes, el cual debe ser usado con cautela desde el punto de vista crítico. La Meca, está situada en un oasis del centro-oeste de Arabia, cerca del mar Rojo, a medio camino entre Nabatea y Sabea y es una ciudad santa para los árabes. Guarda la Caaba (“cubo”): una piedra negra en una muralla, sin duda un meteorito, siento éste el santuario más sagrado de Arabia. Arabia, antes de este evento, ha desempeñado un papel insignificante en la historia. Su región más septentrional, Nabatea, ha estado dominada sucesivamente por el antiguo Imperio persa, Alejandro, el Imperio seléucida y Roma. De manera ocasional, sus ciudades comerciales han dejado su huella, como en el caso de Petra y Palmira.

La península de Arabia, de clima tropical, árida e inhóspita en buena parte de su extensión, es cuna del islamismo, una de las religiones más importantes del mundo actual. La religión islámica está íntimamente ligada a la región geográfica y al país en que se origina. Lo ha sido en su zona occidental contigua al Mar Rojo, situada al norte de la región montañosa del Yemen, más rica en aguas y asiento de culturas antiguas, en decadencia en la época en que vivió el profeta del Islam. La zona mencionada abarca el extremo noroeste de la península de Arabia y cuenta con buenos oasis y ciudades muy activas gracias a su privilegiada situación entre Siria y los fabulosos mercados de la India. El ir y venir de los mercaderes, con el trasiego de mercancías, ha llevado a esta región, llamada Hedjaz, ideas de otros países y culturas que no dejan de influir en los habitantes de los centros urbanos, antiguos beduinos vueltos sedentarios en su mayor parte, mientras las tribus de pastores nómadas se muestran menos propicias a contactos e innovaciones.

Persia, que se encuentra luchando contra el Imperio romano de Oriente desde 572, se ve invadida por tribus árabes en la Mesopotamia, por los turcos al Norte y sufre una invasión de los jázaros en Armenia. El general Varahan, luego de varios fracasos cae en desgracia con su rey, el impopular HORMIDAS IV, que lo destituye.

La Arabia del siglo VII es una encrucijada de civilizaciones y religiones. Según la tradición, los “hanifs” son los seguidores de un monoteísmo primitivo. Algunas comunidades judías y cristianas se instalaron a lo largo de la costa del mar Rojo y en el sur (Yemen). Pero la mayor parte del territorio estaba ocupado por tribus nómadas politeístas en permanente guerra unas contra otras. La ciudad de La Meca, con su piedra negra (la Kaaba), atrae a los árabes por sus ferias y sus peregrinaciones.

Durante el mes de Ramadán (nombre del noveno mes del año lunar musulmán) del año 601 MAHOMA, se retira a meditar a una cueva. Allí, según él, tiene una serie de visiones y revelaciones; asegura que se le ha aparecido el Arcángel Gabriel, enviado por Allah (Dios). MAHOMA no sabe leer ni escribir, por lo que tiene que grabar en su memoria lo que ha oído. La religión que funda MAHOMA recibe el nombre de Islam, que significa rendición, sometimiento (se entiende que a la voluntad de Dios). Estas revelaciones pasarán de Mahoma a sus seguidores y en el año 650 se recogerán en el Corán en su versión oficial, actualmente válida. Los comienzos serán lentos. MAHOMA, al principio, se limitará a predicar a los miembros de su familia y a sus amigos. Los habitantes de La Meca, acostumbrados a los beneficios de los florecientes peregrinajes paganos de su ciudad, le toman por loco.

Con tal de asegurarse su núcleo comercial y la ruta que pasa por su territorio, los Quraysh, tribu hegemónica de La Meca, acuerdan tratados con Bizancio y con las tribus beduinas de la Península, a fin de garantizar la integridad de las caravanas. La importancia de La Meca va creciendo debido a sus exitosas transacciones comerciales y al prestigio de su santuario de la Piedra Negra de la Kaaba. Los Quraysh comparten el poder con otras cinco familias de la ciudad. Son descendientes de Qureih Fihr y de Qusai -príncipe de La Meca- éstos se dicen descendientes de Ismael, el hijo mayor de Abraham, y de su esclava Agar, expulsados de la tribu al nacer Isaac. Un nieto de Qusai, Hashem, da nombre al clan en el seno del cual ha nacido Mahoma, y será origen de la dinastía de los hachemíes o hachemitas.

En Arabia, el comercio empieza a desarrollarse sobre todo en las zonas interiores próximas a las costas del mar Rojo, la región llamada Hedjaz. El declive del comercio en el mar Rojo, el golfo Pérsico y el índico, por las guerras entre los imperios bizantino y sasánida, revaloriza de manera espectacular las rutas comerciales terrestres. Así, las ciudades de Medina, Jeddah y, sobre todo, La Meca se convierten en sucesoras de Petra o Palmira como principales núcleos de caravanas del Próximo Oriente, y en centros distribuidores de productos de África Oriental y Extremo Oriente a Siria y a las ciudades costeras de Palestina, entre otros lugares. Por otra parte, la sociedad tradicional de la zona oeste de la península que está formada por pastores nómadas, se ve sensiblemente transformada por el progresivo desarrollo de la vida urbana, auspiciado por un floreciente comercio. Esta sociedad está estructurada en clanes, constituidos por diversos centenares de miembros con un antepasado común, a veces legendario.

MAHOMA se convierte en un mercader de La Meca, rudimentaria república aristocrática de grandes mercaderes caravaneros. Frente al ancestral politeísmo de sus conciudadanos de La Meca concibe una religión monoteísta teñida de elementos judaicos y cristianos. Comienzo de la predicación de Mahoma, con 40 años, en La Meca, criticando a la poderosa tribu Coraichita que domina la rica ciudad de La Meca. Apela a los grandes profetas procedentes del monoteísmo. Conversión de los miembros de su familia y de su suegro el comerciante Abu Bequer. Se supone que desde esta fecha y hasta su muerte, Mahoma compondrá el Corán, y que el mismo profeta corregirá alguna de sus partes.

MAHOMA pide a sus seguidores que extiendan la nueva religión (Islam = sumisión total y fatalista a Alá) por la fuerza de las armas y que vayan a luchar sin temor. En el Islam todo está definitivamente escrito en el Libro de la Vida… lo que tiene que suceder irremediablemente sucederá. Lo único que importa es ir al Paraíso lleno de gozos sensuales, terrenales, y esto está asegurado si se muere por la causa del Islam. Si su suerte está escrita, ¿por qué no arriesgarse?. Las expresiones: “Sólo hay un Dios (Allah) y MAHOMA es su profeta” y “¡Allah es grande!”, se convertirán en gritos de guerra del Islam. El estandarte de los mahometanos era verde, con una media luna en medio, pues, según la tradición, MAHOMA había combatido siempre de noche, con la luna en cuarto creciente (aunque algunos dicen que la Media Luna simboliza un alfanje, la espada curva del profeta).

Hadiya, esposa de MAHOMA, fallece después de 26 años de matrimonio.