GUILLERMO II (Rey de Prusia y Emperador de Alemania)(1888-1918)

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Serbia asombra a todo el mundo aceptando las condiciones del ultimátum austríaco. GUILLERMO II de Alemania dice que ya no hay razón para la guerra.


Serbia asombra a todo el mundo aceptando las condiciones del ultimátum austríaco salvo unas cláusulas secundarias, por lo que contesta, muy moderadamente, al ultimátum de Austria. El ministro plenipotenciario de Viena en Belgrado, GiesI, lleva la respuesta serbia. El káiser GUILLERMO, que ve con temor la amenaza que presenta para su país la alianza franco-rusa, al leer la suave contestación serbia, exclama: “Ya no existe razón para la guerra”. El canciller alemán Betinmann Hollweg envía, en consecuncia, notas moderadoras a Viena.

Alemania que ha ofrecido previamente su ayuda a Austria, envía un nuevo ultimátum a Rusia y a Francia para que no intervengan.


Alemania que después del asesinato de Francisco Fernando ha dado seguridad a Austria en el sentido de ayuda total en caso de conflicto con Rusia, envía -en la fecha- un ultimatum a este país y otro a Francia, advirtiendo que su movilización provocará inevitablemente la guerra.

BENEDICTO XV trata de conseguir la paz, enviando a Eugenio Pacelli a la corte del kaiser Guillermo.


Cuando el Papa BENEDICTO XV ve que ninguno de los dos bandos va a ganar la guerra rápidamente, envía al joven y brillante prelado, Eugenio Pacelli, a la corte del Káiser GUILLERMO II para que gestione la paz. Éste se muestra bastante conciliador, pero una crisis de gobierno trae como Canciller a un destacado protestante, Michaelis, que se opone a toda negociación (Un miembro del Reichstag, el pastor luterano Traub, dice indignado: «¿Es que vamos a aceptar una paz impuesta por el Papa en el mismo año que se conmemora el cuarto centenario de la Reforma?». (Era el año 1917; cuatrocientos años antes Lutero había clavado sus noventa y nueve tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenburg). BENEDICTO XV, en la fecha, dirige una exhortación “Deus le début” a todas las potencias en lucha para que hallen una vía para la paz. Pero no obtiene ningún éxito ni por parte de Alemania ni por parte de las potencias de la entente.

Sin ofrecer resistencia alguna, el socialdemócrata Philipp Scheidemann proclama la República Alemana.


Con la derrota definitiva sufrida por Prusia en la Primera Guerra Mundial, la dinastía de los Hohenzollern llega a su fin. Sin ofrecer resistencia alguna, el 9 de noviembre de 1918, el socialdemócrata Philipp Scheidemann proclama la República Alemana de Weimar y desaparece el régimen monárquico. El emperador GUILLERMO II ha de abdicar exiliándose a Holanda, en la misma fecha, y los príncipes territoriales dimiten. Se da por finalizado el II Reich. Nadie mueve un dedo para defender una monarquía totalmente desacreditada. (La autonomía prusiana continuará hasta el 31/1/1934. El nombre de República de Weimar es un término aplicado por la historiografía posterior, puesto que el país conservó su nombre de Deutsches Reich («Imperio alemán»). La denominación procede de la ciudad homónima, Weimar, donde se reunió la Asamblea Nacional constituyente y se proclamó la nueva constitución, que fue aprobada el 31 de julio y entró en vigor el 11 de agosto de 1919. Los conflictos entre comunistas, nacionalistas y separatistas protagonizan varias rebeliones acuciadas por la situación precaria de la economía.

Fallece en Holanda GUILLERMO II, emperador de Alemania.


Fallece en Doom (Holanda) GUILLERMO II, último emperador alemán (káiser) y último rey de Prusia. Gobernó entre 1888 y 1918.  Sus errores contribuyeron al desmantelamiento del Imperio alemán en la primera guerra mundial. Tras la denota alemana, aconsejado por Hindenburg, se había refugiado en los Países Bajos.