Un año después de su victoria en Sadowa, por la que Prusia se ha anexionado Hannover, Hesse y Frankfurt, Prusia -junto con los estados situados al N. del Main-, está en condiciones de imponer la Federación de la Alemania del Norte (1867-1871) organización política formada por los estados alemanes del norte y base del futuro Estado alemán. BISMARCK redacta la Constitución de la nueva Confederación y asegura la preponderancia de Prusia sobre los restantes estados confederados. Los estados alemanes del sur permanecen al margen de la Confederación a fin de mantener la paz con NAPOLEÓN III de Francia que no acaba de digerir la victoria prusiana.

La Federación Alemana del Norte (Norddeutscher Bund) tiene su inicio en la fecha, tras la disolución de la Confederación Germánica en 1866. Formada por 22 estados del norte de Alemania, es un agrupamiento transitorio, que durará sólo hasta la proclamación del Imperio Alemán en 1871. A diferencia de la Confederación Germánica, la Federación Alemana del Norte es un verdadero estado. Su territorio está comprendido por las partes de la Confederación Germánica que se encuentran al norte del Main; los territorios orientales de Prusia y el Ducado de Schleswig, pero excluye a Austria, Baviera, Württemberg, Baden y los territorios meridionales del Gran Ducado de Hesse. Sin embargo, consolida el poder prusiano en el norte de Alemania, y pone los cimientos del control prusiano sobre el sur de Alemania, gracias a la Zollverein y a Tratados de Paz Secretos (firmados con los estados meridionales el día anterior a la Paz de Praga).

Muere el compositor alemán Félix Mendelssohn.

El marxismo no comienza a abrirse paso hasta 1869, con la formación del Partido Social Demócrata de los Trabajadores, dirigido por August Bebel y Wilhelm Liebknecht. Por otra parte, los sindicatos son reconocidos legalmente en Alemania.

La población alemana, en los años que van de 1850 a 1870 pasa de 33 a 42.000.000 de habitantes, con un índice de crecimiento anual que es ligeramente superior al de otros países europeos (inferior al del Reino Unido) y que se debe, fundamentalmente, al incremento de un índice de natalidad que llegará a estar cercano al 40 por 1.000. El proceso de urbanización es también muy acusado, como en otros países europeos, lo que no impide que dos terceras partes de la población continúen siendo rurales a comienzos de los años setenta. Los que han acudido a las ciudades se han convertido muchas veces en un proletariado industrial forzado a vivir en pésimas condiciones y con un salario sólo ligeramente superior al? mínimo indispensable para sobrevivir. Esto genera la aparición de organismos de solidaridad, como cooperativas, entidades de crédito y las primeras organizaciones sindicales. También propicia el nacimiento de instituciones de caridad promovidas por figuras destacadas de las Iglesias católica y evangélica. En su conjunto, ninguna de estas iniciativas intenta subvertir el orden social, lo que sí hace el socialismo de Marx y Engels, que trata de sustituir el sistema capitalista establecido.