JORGE IV (Rey de Gran Bretaña e Irlanda)(1820-1830)

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La locura de Jorge III le aparta del gobierno. Lo toma, en calidad de regente, su hijo y sucesor, JORGE IV.


La economía y las finanzas británicas se resienten del enorme esfuerzo realizado en su lucha contra Francia. En esta difícil coyuntura, JORGE III, presa de singular locura, -que en realidad es un transtorno del metabolismo, desconocido en este momento y que se ha llamado porfiria que presenta alteraciones cutáneas y fotosensibilidad-, es apartado del gobierno, del que se hace cargo, en calidad de regente, hasta su muerte (1811-1820), su hijo y sucesor, JORGE IV. El período que va de 1811 a 1820 se denomina por ello «Regencia»

JORGE IV Rey de Gran Bretaña e Irlanda, sucesor de JORGE III.


El Príncipe-Regente, asciende al trono de Gran Bretaña e Irlanda como rey JORGE IV (1820-1830). Resultará ser un personaje amoral, caprichoso, derrochador y holgazán. Dejará el gobierno en manos de sus ministros. La política exterior británica se encaminará a asegurar en el continente la hegemonía de Inglaterra, frenar la Santa Alianza y ayudar a los griegos en su lucha por la independencia. JORGE IV se ha casado secreta e ilegalmente con una católica a la que no puede reconocer como esposa, y se ha visto obligado a contraer matrimonio con Carolina de Brunswick, en 1795, una princesa protestante alemana a la que detesta. De hecho, la abandona tras el nacimiento de una hija en 1796. Pero una vez Jorge ha subido al trono, ella trata de ser reconocida como reina, a lo que el monarca no está dispuesto en ningún caso. Este episodio dará lugar a una disputa muy desagradable y escandalosa. La opinión británica, que tampoco está prendada precisamente de Carolina, la apoya pese a todo, pues Jorge aún le inspira más desagrado.