ENRIQUE VIII busca otra vía para convencer al papa CLEMENTE VII. Nombra a Thomas CRANMER, su favorito, arzobispo de Canterbury, quien se aviene a acordar con el rey que el primer matrimonio de CATALINA de Aragón con el hermano mayor de ENRIQUE invalida el segundo. (Según Catalina, aquel hermano había muerto joven y el matrimonio nunca llegó a consumarse). Se sigue insistiendo ante el Papa con? estos argumentos. Según consta en el Levítico “el que se casa con la mujer de su hermano, hace una cosa ilícita, mancha el honor de su hermano, comete inmundicia; ha descubierto la desnudez de su hermano” (Lv ?20;21). Ahora bien, otro libro sagrado, el Deuteronomio (Dt 25;5) exige que un hombre se case con la viuda sin hijos de su hermano, el llamado matrimonio del levirato, como en el caso de CATALINA de Aragón. No obstante otros versículos demuestran como el cuñado puede eximirse del deber del levirato. Las tradiciones judías varían sustancialmente en lo que se refiere a la obligatoriedad del matrimonio del levirato.
THOMAS CRANMER (Arzobispo de Canterbury)
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Enrique VIII rechaza la primacía del Papa y se constituye en Cabeza de la Iglesia de Inglaterra.
El papa CLEMENTE VII, después de muchas vacilaciones, pronuncia, por fin, en la fecha, su veredicto sobre el matrimonio de ENRIQUE VIII con CATALINA de Aragón, que juzga válido. Pero ENRIQUE VIII, de acuerdo con Thomas CRANMER, rechaza la primacía del Papa y se constituye él mismo en Cabeza de la Iglesia de Inglaterra desligada de la Católica, aunque sin renunciar a sus dogmas. Se obliga a sus súbditos a aceptar el Acta de Supremacía (es decir, a reconocer que es la Cabeza Suprema de esa Iglesia) y se decreta que quien se niegue a aceptarla será juzgado por alta traición y condenado a muerte.
Tomás Cranmer es ejecutado.
A la muerte de Eduardo VI, Thomas CRANMER desgraciadamente acepta la voluntad del rey moribundo que la sucesión pase a la Dama Juana Grey. Por esto y por su trabajo reformador, fue encarcelado, degradado por la reina MARÍA I Tudor. CRANMER escribe dos retractaciones de sus supuestamente doctrinas heréticas mientras está preso, pero al final las desdice, y muere heroicamente, diciendo: “Puesto que la mano ofendió al escribir contrariamente al corazón, que sea castigada primero; porque si de llegar al fuego será quemada primero”. Y así sucede el de marzo de 1556 en Oxford.