Tras el freno a su gestión financiera y su posterior fracaso, BRIENNE es sustituido por NECKER, quien levantará simpatías entre el pueblo al suprimir las medidas de liberalización de la economía impuestas por sus predecesores en el cargo. Si bien nada podrá hacer por convencer a una segunda Asamblea de Notables, reunida en la fecha, para intentar un posible acuerdo entre la monarquia y los sectores aristocráticos en materia fiscal. La intransigencia y hostilidad a cualquier veleidad reformista por parte del grupo privilegiado impedirá la posibilidad de un consenso con las fuerzas burguesas, acelerándose los antagonismos y beligerancia mutua en los debates previos a las elecciones a la Estados Generales.

En Francia, FELICITÉ de KÉRALIO presenta «Cahier des doléances des femmes» (Cuaderno de reivindicaciones femeninas)

Necker anuncia la convocatoria de los Estados Generales por el rey francés Luis XVI. Sin saberlo, está iniciando la Revolución francesa.

Tan pronto como empiezan a prepararse las elecciones de los diputados para la asamblea de los Estados Generales, convocada para mayo, se ve que hay un grupo de políticos -que pertenecen al Tercer Estado y que se llaman a sí mismos «patriotas»- que exige una serie de modificaciones en el funcionamiento de los Estados Generales. Los «patriotas» exigen que el Tercer Estado tenga tantos representantes como el clero y la nobleza juntos. El rey LUIS XVI accede a doblar el número de los diputados del Tercer Estado. En las elecciones generales previas, unos cinco millones de ciudadanos franceses -los mayores de veinticinco años, que paguen además cualquier impuesto directo-, votan a 279 diputados por la nobleza, 291 en representación del clero, y 578 por la clase media o burguesía.

El empresario Reveillon manifiesta, a través de unas declaraciones públicas, que la mejor salida para la situación de crisis que se está sufriendo es una dismunución progresiva de los salarios de los obreros. Esta actitud beligerante de quien conoce bien la situación miserable de los trabajadores provoca el temor y la indignación de sus asalariados, que no dudan en aplacar una voz enemiga como la suya. Durante unos días, el arrabal de St Antoine está en pie de guerra, manifestándose sus ciudadanos por las calles, atrayendo a trabajadores simpatizantes de arrabales próximos, como el de St Marcel, y culminando su actuación con la quema de la residencia del empresario, no sin incidentes con las fuerzas del orden que se han desplazado hasta el lugar. De forma espontánea, sin más elementos de unión que las invitaciones de los manifestantes a los que permanecen en sus casas, el pueblo ha dado el primer paso para su conversión en fuerza social y de presión política, que lo convertirá en la base de apoyo de los diputados del Tercer Estado.

Se abre, en la fecha, bajo la presidencia de LUIS XVI, la primera sesión de los Estados Generales en el Hôtel des Menus-Plaisirs, en Versalles, ciudad residencia del rey y de la corte. Los ministros del rey recomiendan a todos los diputados que se ocupen de la única cuestión que el monarca considera realmente importante, y que constituye la causa de la convocatoria, a saber, la cuestión financiera. Pero siguiendo una antigua costumbre francesa, los diputados llevan en sus valijas unos «cahiers» (cuadernos) donde sus electores han anotado las aspiraciones y deseos de la nación. Los nobles piden más privilegios y el clero más ortodoxia. Pero en los «cahiers» del estado llano, se habla de reformas en la máquina del Estado, de participación en el poder legislativo, de justicia distributiva y de igualdad civil. Las espadas ya están en alto, pese a que cada uno de los estamentos proclama su fidelidad a la monarquía.

La nobleza y el clero -el Primer y Segundo Estado- se reunen, en la fecha, en las salas que tienen adjudicadas para proceder a la verificación de los poderes y constituirse en estamentos separados. Empieza el conflicto. Los diputados del Tercer Estado lanzan su primera reclamación: exigen la verificación de los poderes en común, lo que implica el voto «por cabeza» y no «por estamento u orden». Pero la nobleza, por una votación de 140 contra 47, y el clero, por una votación de 133 contra 114 se oponen y el rey los apoya.

Durante un mes, los debates generales permanecen bloqueados. Los del Tercer Estado no se han amilanado, continuan adelante con su idea, movidos siempre por el grupo de los «patriotas» que figuran entre los representantes de este estamento, y empiezan unas reuniones en las que elaboran el programa de los cambios que se ha de introducir en el país. Por otra parte, tratan de convencer a los del estamento del clero que ha aparecido como más vulnerable en la votación. En la fecha, los diputados del Tercer Estado deciden proceder a la verificación de los poderes de los diputados de todos los estamentos y comienza el llamamiento nominal. Cada día en un número mayor, diputados del estamento del clero van respondiendo al llamamiento nominal.

En la fecha, los diputados presentes deciden que la asamblea está constituida, que puede proceder a la elección de su mesa y adopta el nombre de Asamblea Nacional.

En la fecha el estamento del clero cede y decide unirse en masa a los diputados del Tercer Estado.