VíCTOR I, africano de origen, es entronizado papa (189-199). Es el primer papa latino-parlante y contribuirá poderosamente a la romanización de la Iglesia. El Papa VÍCTOR se caracterizará por su insistencia en la más estricta disciplina para el clero y se puede decir de él que será ciertamente el más enérgico e incluso despótico de todos los papas del siglo II. VÍCTOR es el primer papa del que sabemos que tuviera trato con la corte imperial. Al parecer, Marcia, la amante del emperador CÓMODO, es cristiana, y gracias a ella puede el papa obtener la liberación de muchos de los cristianos de Cerdeña.
VÍCTOR I (Papa) (189-199)
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El Adopcionismo deduce de la absoluta unidad de Dios, que Cristo es simplemente hombre.
La fe enseña que Dios es sólo uno y, al mismo tiempo, que Jesucristo, su Hijo, es también verdadero Dios. Se trata, pues, de conciliar ambas verdades: si Dios es sólo uno; ¿cómo es posible que también Cristo sea Dios? (Un problema similar se planteará después en torno a la Persona Divina del Espíritu Santo.) Las dificultades de semejante conciliación se manifiestan en tres corrientes de pensamiento, que terminarán cayendo más o menos declaradamente en la herejía: el modalismo, el adopcionismo y el subordinacionismo. Los seguidores de la herejía del adopcionismo deducen de la afirmación de la absoluta unidad de Dios, que Cristo es simplemente hombre, pero que es elevado a categoría divina por designio de Dios por su adopción, o bien al ser concebido, o al ser bautizado, o en algún momento a lo largo de su vida, o tras su muerte. Esta herejía encuentra acogida entre los judaizantes y paganos. Esta doctrina herética es condenada hacia el año 190 por el papa VÍCTOR I. Con todo, TEODOTO el Curtidor de Bizancio consigue organizar una comunidad cismática en Roma, pero, falta de consistencia, se desmorona y muchos de los antiguos herejes retornan al seno de la Iglesia.
Al papa VICTOR I le corresponde hacer frente al primer conato de cisma de la Iglesia.
Al papa VICTOR I le corresponde hacer frente al primer conato de cisma de la Iglesia, a raíz de la diferencia de fechas entre las iglesias de Occidente y de Oriente para la celebración de la Pascua. Para resolver este problema que se agrava día a día, el papa dispone la celebración de sínodos en las principales comunidades cristianas. Todos los sínodos, con la sola excepción del de Éfeso, coinciden en aceptar la fecha occidental, 15º día de la luna de marzo. El papa VÍCTOR I conmina a los que están en desacuerdo a aceptar lo dispuesto por la mayoría de sínodos. Ante la negativa de éstos, VÍCTOR I toma la apresurada y drástica medida de excluir de la comunidad eclesial a todos los obispos de la región de Éfeso. Sólo en esta comunidad se congrega alrededor de la cuarta parte de todos los cristianos del mundo. Ante la gravedad de la situación. S.IRENEO, convirtiéndose en portavoz de la inmensa mayoría de los cristianos de Occidente, dirige al papa un escrito que aún hoy se conserva, en el que le exhorta a la clemencia en aras de la unidad. Accede a tal súplica VÍCTOR y se salva así la unidad de la Iglesia. Pese a todo este problema persistirá hasta el siglo IV-V.
Fallece el papa VÍCTOR I.
Fallece el papa VÍCTOR I, tras sufrir martirio… aunque este es dudoso. A finales del Siglo II van instalándose en Roma representantes de todas las tendencias. Roma va a ser la arena donde se enfrentan al cristianismo distintas ideas y vertientes de un gran número de escuelas heterodoxas que habían proliferado a todo lo largo del Imperio. En Roma se encuentran individuos procedentes de Asia, de Siria, de Egipto, de Mesopotamia. Roma es ahora una gran ciudad cosmopolita donde se dan citas todas las razas y religiones. En ella se habla griego lo mismo que latín. La Iglesia se ve afectada por la influencia de la urbe en ella en el aspecto de cultura y civilización. Por otra parte, establece que, en casos de emergencia, se pudiese utilizar cualquier agua para el bautismo. Es el primer papa del que se sabrá ha mantenido tratos con la familia imperial.