LEONCIO II (695-698) se hace con el poder en Bizancio.

JUSTINIANO II es destronado por una sublevación acaudillada por LEONCIO, mutilado y desterrado a Quersoneso (Crimea). En el transcurso del siglo que termina, los emperadores de Constantinopla han tenido que abandonar el sueño de Justiniano I, que quería restaurar el antiguo Imperio romano en su totalidad. En el futuro, se replegarán hacia Europa y el Mediterráneo orientales y se limitarán a estos dominios.

LEONCIO II emperador de Bizancio no conseguirá impedir la toma de Cartago por los árabes; Cartago y el norte de África se pierden definitivamente. Después de una sublevación de la flota, LEONCIO es destronado por el jefe de los rebeldes APSIMAR. El cristianismo desaparece por completo del norte de África. La vieja población romana o romanizada resiste aún por algunos años a las vejaciones de los musulmanes, pero los cristianos bereberes apostatan en masa y se pasan al islamismo. Las iglesias serán convertidas en mezquitas. Los obispados desaparecerán. Habrá que esperar al siglo XIX para que el cristianismo empiece a echar raíces de nuevo en un país que ha sido cristiano en su totalidad y que cuenta en el siglo VII con más de 800 obispos.