JUSTINIANO II, emperador (basileus) bizantino (685-695). Hijo y sucesor de Constantino IV. Sostiene guerras sin éxito contra los búlgaros.

CONÓN es nombrado papa (21/10/686-21/9/687). A la muerte de su antecesor el papa Juan V el clero romano es partidario de la elección como papa del archidiácono PASCUAL, mientras que la milicia romana apoyaba al presbítero TEODORO. Ante este enfrentamiento se llega a la solución de compromiso de elegir papa al sacerdote de ascendencia tracia CONÓN que, por su avanzada edad en el momento de la elección, sólo supone un aplazamiento del enfrentamiento entre las dos facciones (clerical y militar) existentes en Roma. Consagrado el 21 de octubre de 686, con la aprobación imperial de JUSTINIANO II debido a que el exarca de Rávena restableció esta costumbre a pesar de su abolición por Constantino IV en tiempos del papa Benedicto II. El pontífice logrará mantener cordiales relaciones con el violento emperador JUSTINIANO II, quien renunciará a cobrar tributos que la Santa Sede debe al Imperio. Promueve con singular empeño la evangelización de las Galias.

Victoriosas campañas, en la fecha, de JUSTINIANO II contra los eslavos hasta Tesalónica. Las tribus eslavas tienen que reconocer la soberanía del emperador. Muchos eslavos son trasladados como “estratiotas” (una especie de “campesinos armados”) en comunidades militares a los territorios del Imperio devastados por los àrabes.

El emperador JUSTINIANO II convoca en Constantinopla, para esta fecha, el que será conocido como Concilio “Quinisexto”, también conocido como Segundo Concilio Trullano por haberse celebrado en la misma sala que el anterior. Se llamará quinisexto por ser un complemento de los anteriores concilios quinto y sexto ecuménicos (el II (553) y III (680) concilios de Constantinopla). Por lo que de hecho, este Concilio es el cuarto Concilio de Constantinopla, aunque la Iglesia Romana utiliza dicho nombre para designar al sexto concilio celebrado en Constantinopla, dado que no reconocerá ni este cuarto concilio del año 692, (que sí es importante para la Iglesia Ortodoxa pues pues contiene la parte principal para su derecho canónico) ni tampoco reconocerá el quinto del año 754.

En el Concilio “Quinisexto”, hay un deseo de promulgar una serie de normas disciplinarias que no han abordado los dos concilios anteriores. En realidad se sabe muy poco de este concilio, pues sus actas no llegarán hasta nosotros. Sí sabemos que sólo asisten obispos de Oriente y que muchas de las medidas disciplinarias que se adoptan son, en realidad, un intento de adaptar Occidente a las costumbres orientales. Se confirma en él la disposición del concilio de Calcedonia, que concede al patriarca bizantino jurisdicción sobre? toda la Iglesia de Oriente. Se refleja en todos sus cánones una profunda aversión hacia Occidente.

A pesar de su mentalidad oriental, el Papa SERGIO I se niega a firmar los acuerdos del III Concilio de Constantinopla ya que concede al patriarca bizantino jurisdicción sobre toda la Iglesia de Oriente, jurisdicción que nunca ha sido aceptada por Roma porque supone, en la práctica, equiparar a la Santa Sede con Constantinopla. Por ello este concilio no figura en la lista de concilios ecuménicos de la Iglesia Católica, aunque sí en la de la Iglesia ortodoxa griega, tras la ruptura con Roma. Esta negativa del papa SERGIO es en realidad el primer acto del proceso de ruptura Oriente-Occidente, que se va a ir desarrollando a lo largo de los años, hasta llegar a la separación definitiva. El emperador JUSTINIANO II intentará raptar al papa, lo que no conseguirá por la defección de sus propios soldados. Esta desobediencia marca todo un precedente. De hecho, es la primera vez que una orden imperial no se cumple en Roma.

JUSTINIANO II es destronado por una sublevación acaudillada por LEONCIO, mutilado y desterrado a Quersoneso (Crimea). En el transcurso del siglo que termina, los emperadores de Constantinopla han tenido que abandonar el sueño de Justiniano I, que quería restaurar el antiguo Imperio romano en su totalidad. En el futuro, se replegarán hacia Europa y el Mediterráneo orientales y se limitarán a estos dominios.

Se hace de nuevo con el poder en Bizancio, JUSTINIANO II (705-711) -que ha sido destronado en 695- ayudado por los jázaros y los búlgaros.

Conminado por el emperador bizantino JUSTINIANO II, el papa CONSTANTINO se ve obligado a ir a Constantinopla, donde el monarca intenta hacerle aceptar las conclusiones del “quinisextum”, negándose a ello el pontífice, aunque cediendo en puntos menos conflictivos del texto. CONSTANTINO, es el último pontífice que viajará a Constantinopla.

El emperador JUSTINIANO II es derrocado y asesinado por el usurpador FELIPE BARDAS (711-713) quien convoca un Concilio para restablecer el monotelismo.