El 6 de abril de 1883, Paul Kruger se convierte en presidente de la restaurada República Sudafricana. Sus residentes continúan soñando con la independencia absoluta. Paul Kruger, se constituye en líder del movimiento independentista.

Para la República de Transvaal se terminan las vacas flacas cuando, en la fecha, se descubre oro en Witwatersrand (el Rand África del Sur), y el mundo es testigo de una nueva fiebre de oro. El campamento de buscadores de oro instalado en Witwatersrand toma el nombre de Johannesburgo en honor del presidente Johannes Paulus KRUGER. Del mismo modo que Kimberley se ha fundado para explotar las minas de diamantes, ahora se funda Johannesburgo para explotar las de oro. Entonces muchos emigrantes ingleses acuden a la “Capital del Oro”, Johannesburgo. Dichos emigrantes serán llamados “uitlanders” por los boers que no los miran precisamente con simpatía. Paulus KRUGER implanta un sistema electoral por el que los inmigrantes de habla inglesa no puedan conseguir nunca la mayoría absoluta. Esta decisión causa un gran descontento entre los habitantes de origen inglés. El oro había sido descubierto en 1883 por los hermanos Struben.

El financiero y político Cecil John Rhodes, que se ha establecido en Sudáfrica por motivos de salud y que ha hecho fortuna en los yacimientos diamantíferos, presiona enérgicamente para que Gran Bretaña se anexione todo el territorio africano posible, soñando con establecer un imperio colonial británico desde Ciudad de El Cabo, hasta El Cairo, apoderándose de los yacimientos de oro y diamantes situados en los territorios de Transvaal y del Estado Libre de Orange. En la fecha, se convierte en primer ministro de la colonia de El Cabo. Con él en el Sur y Kruger en el Norte, ambos duros e intransigentes, se dan las condiciones para que se produzca una explosión.

En Sudáfrica, Rhodes cree contar con los uitlanders como aliados en el seno del Estado boer. Cabe imaginar que están dispuestos a levantarse contra los boers si encuentran a alguien que los dirija. Así, Rhodes encarga a su amigo Leander Starr Jameson que, al mando de 500 jinetes, efectúe, en la fecha, una incursión en territorio boer buscando el levantamiento de los uitlanders, pero éste no se produce. Todo lo contrario, los boers corren tras de Jameson, lo atrapan sin dificultades y lo detienen.

Durante los últimos años de VICTORIA, el Reino Unido está implicado en la Segunda Guerra Boer, que recibe el apoyo entusiástico de la reina. La vida personal de VICTORIA está marcada en ese entonces por varias tragedias personales, incluyendo la muerte de su hijo Alfredo, duque de Sajonia-Coburgo-Gotha, la enfermedad fatal de su hija Victoria, emperatriz de Alemania, y la muerte de dos de sus nietos. Su última función pública ceremonial es en 1899, cuando ella coloca la primera piedra de la fundación para los edificios nuevos del South Kensington Museum, luego conocido como el Victoria and Albert Museum.

En Sudáfrica, “la guerra boer” entre Gran Bretaña y las Repúblicas boers, empieza el 12 de octubre de 1899. Los británicos se sienten muy seguros de sí mismos. Cuentan sólo con 25.000 hombres, y los boers los aventajan en número. Además las fuerzas de estos últimos son montadas en su totalidad, las integran excelentes tiradores y practican magistralmente la estrategia de la incursión rápida. Además, están bien armadas, pues tanto los alemanes como los franceses se muestran encantados de hacer negocios con los boers. Su desventaja es la falta de disciplina, y esta circunstancia, a largo plazo, puede otorgar a los británicos una superioridad aplastante.

En Sudáfrica, los boers han atacado de inmediato, esperando zanjar la cuestión antes de que los británicos tengan tiempo de disponer adecuadamente sus fuerzas, y maniobrar para obtener una paz rápida y favorable. Al cabo de una semana ya sitian Mafeking y Kimberley, dos puestos británicos avanzados en la frontera occidental de las repúblicas boers.

En la fecha, los boers inician el asedio de Ladysmith, en la frontera oriental. Durante noviembre y diciembre fracasarán los intentos británicos de liberar las plazas sitiadas, y el mundo contemplará más bien divertido como el poderoso Imperio británico es puesto en jaque por un puñado de toscos granjeros. El problema radica en que los británicos llevan tanto tiempo disfrutando de paz, que ya no tienen experiencia para enfrentarse a un adversario decidido y bien armado, y han de instruirse sobre la marcha. Pero los británicos poseen recursos inagotables, y ése no es el caso de los boers. Envían nuevos comandantes, y los refuerzos empiezan a llegar a Sudáfrica.

VICTORIA I realiza su última visita a Irlanda en 1900, cuando va a solicitar a los irlandeses unirse al ejército británico y pelear en la Segunda Guerra Boer. La oposición nacionalista a su visita es encabezada por Arturo Griffith, que establece una organización llamada Cumann na Gaedhael para unir a la oposición. Cinco años más tarde Griffith utilizará los contactos establecidos en su campaña contra la visita de la reina para formar un nuevo movimiento político, Sinn Fein.

El 5 de febrero de 1900, las fuerzas británicas al mando de John Denton Pinkstone French, que ha guerreado en Sudán, consiguen liberar Kimberley, y el curso de la contienda empieza a cambiar.