Para la historia queda el nombre de Norman Morrison, que se inmola «a lo bonzo» delante de la oficina en el Pentágono del secretario de Defensa Robert McNamara, para protestar por los bombardeos norteamericanos sobre Vietnam. Progresivamente, lo que es un reducto de intelectuales, religiosos y gentes del espectáculo -el pediatra Spock, el padre Berrigan y la hermana McAllister o la actriz Jane Fonda, conocida como «Hanoi Jane» por sus críticos- se convierte en un movimiento de masas sobre todo por la incorporación a la protesta de los estudiantes. La guerra de Vietnam es luchada desde el lado norteamericano por reclutas, con un desproporcionado peso de gente con escasos medios económicos y pertenecientes a la minorías raciales (negros e hispanos). Los estudiantes blancos de clase media alta pueden pedir prórrogas (Bill Clinton) o enchufarse en la Guardia Nacional (George Bush Jr).

No obstante, Washington también prueba las posibilidades de negociar, y en diciembre de 1965 suspende los bombardeos sobre el Norte. La tregua dura treinta y siete días, pero no se llega a ningún resultado porque las condiciones impuestas por Norteamérica no favorecen el diálogo. En estos momentos, EEUU. ya tiene en Vietnam 185.000 hombres.

El 2 de febrero de 1966, se reanudan los bombardeos en Vietnam. Washington intensifica sus bombardeos sobre el Norte -el general de aviación Le May quiere reducirlo a la Edad de Piedra- y arrasa ciudades y pueblos, sin respetar ya a Hanoi, dislocando el sistema de comunicaciones. Para defenderse, Hanoi reorganiza su vida social, camufla fábricas y talleres, evacúa población al campo y desarrolla una potente red antiaérea. Los suministros al Sur continúan a través de la ruta Ho Chi Minh, continuamente bombardeada y reparada.

Ya desde la primavera de 1966 se ve que la RDVN, apoyada por China y la URSS, en vez de doblar la rodilla, se prepara para una prolongada resistencia. Johnson no se aviene a negociar si la RDVN mantiene las infiltraciones y no pacta con Saigón. Hanoi tampoco, si Washington no suspende los bombardeos y se compromete a respetar los acuerdos de Ginebra. Quiere también que el FNL participe en las negociaciones. Un simple aplazamiento de los bombardeos no basta. ¿Seguirá ilusionado Johnson en una victoria militar por desgaste, como pretende el Pentágono?.

Wall Street se inquieta: la inflación y el déficit generados por la guerra de Vietnam afectan al dólar, el sistema monetario internacional se degrada, cunde la oposición en la sociedad americana, donde se multiplican las manifestaciones. En efecto, en la fecha, más de doscientas cincuenta mil personas se concentran en el Central Park de Nueva York y treinta mil en San Francisco. El principal orador en la manifestación de Nueva York es el líder negro Martin Luter King. La quema de banderas estadounidenses y de los llamamientos a filas, símbolos del orgullo nacional y de los deberes para con el Estado, causa un gran impacto. Diez mil ciudadanos sujetos al servicio militar huyen al extranjero, sobre todo al Cánada, para no tener que enrolarse en las filas del ejército de EEUU.. Para muchos, esa guerra no es el mejor método de que prevalezcan los intereses norteamericanos y empaña su imagen en el mundo.

Los mismos aliados de EEUU. expresan su inquietud o desaprobación. De Gaulle no sólo condena los bombardeos de Vietnam del Norte, sino que ha intercambiado mensajes con Ho Chi Minh en febrero de 1966, retirado a Francia de la OTAN, iniciado un acercamiento a Moscú y, en septiembre de 1966, desde Phnom Penh, en Camboya, donde se reúne con Sihanouk, hace un llamamiento a EEUU. para que entre en razón, reconsidere los acuerdos de Ginebra y se libre de esa aventura militar sin salida.

Washington soporta mal este tipo de amonestaciones y redobla sus esfuerzos para arrancar una victoria militar. La prioridad parece política. Antes de relanzar la negociación, hay que crear una situación de fuerza. La presión militar contribuirá a ello, pero fundamentalmente se trata de consolidar el régimen de Saigón, donde a principios de 1966 ha estallado una revuelta budIsta en Hue y Danang. Johnson quiere conferir legitimidad democrática al régimen de Saigón y en septiembre de 1966 se celebran elecciones a una asamblea constituyente. La estratégia militar se concibe en función de estos objetivos: la aviación sigue bombardeando el Norte, haciendo peligrosa la vida y entorpeciendo los envíos al Sur. Pero en el Sur la pacificación se pone a la orden del día.

EEUU. ya tiene en Vietnam 390.000 hombres.

Operación bélica en Vietnam del Sur (del 4 al 24 de enero), conocida como «The iron triangle» Operation «Cedar Falls»

Mediante bombardeos y operaciones de limpieza, se trata de vaciar los campos que alimentan al Vietcong, provocar la emigración rural a ciudades y poblados, más fáciles de defender y controlar, y destruir por medios químicos el manto vegetal que tapa a los rebeldes en las selvas. Se ponen en marcha formidables medios de destrucción. En este contexto y promulgada una Constitución en la República del Vietnam, se celebran elecciones presidenciales el 3 de septiembre de 1967, de las que sale elegido presidente un católico, Nguyen Van Thieu, tan corrupto y poco democrático como el primero. Pero en adelante, EEUU. puede defender a un régimen democrático contra la subversión y la agresión rojas. EEUU. incluye en esta lucha a sus aliados asiáticos, Corea del Sur, Filipinas, Tailandia y Australia. En ella se inscribe también, al menos aparentemente, una estrategia de contención frente a China que, en plena revolución cultural, queda neutralizada e impotente.