Nace en el palacio de Aoyama en Tokio, HIRO-HITO el primogénito del futuro Emperador Yoshihito y de la princesa Sadako. Es separado de sus padres a muy temprana edad, tal como marca la tradición, y educado por preceptores designados. De todos ellos, el que mayor afecto despierta en el joven príncipe (comparable al paterno-filial) es el general Maresuke Nogi, un veterano militar ultranacionalista, que se suicidará tras la muerte del Emperador Meiji por devoción al desaparecido monarca, siendo reemplazado por el almirante Heihachiro Togo, héroe de la guerra ruso-japonesa.
HIRO-HITO (Emperador del Japón)
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A la muerte del Emperador Meiji, HIRO HITO se convierte en príncipe heredero.
En la fecha, fallece el Emperador Meiji, llamado Mutsuhito. Se cierra un capítulo importante en la historia de Japón. No sólo ha modernizado el país, víctima del colonialismo, sino que ha conseguido convertirlo a su vez en una potencia colonial que, tras la alianza con Inglaterra (1902), asciende a la categoría de potencia mundial. HIRO HITO se convierte en príncipe heredero (formalmente la ceremonia tendrá lugar el 2 de noviembre de 1916).
HIRO-HITO se convierte en regente, debido a la enfermedad mental de su padre Yoshihito.
El 29 de noviembre de 1921, HIRO-HITO se convierte en regente, debido a la enfermedad mental de su padre, Yoshihito, que le imposibilita para el gobierno.
HIRO-HITO se casa con la Emperatriz Kojun (princesa Kuni Nagako), hija del príncipe Kuni Kuniyoshi. Tendrán siete hijos.
En la fecha, HIRO-HITO se casa con la Emperatriz Kojun (princesa Kuni Nagako), hija del príncipe Kuni Kuniyoshi. Tendrán siete hijos.
En Japón, tras la muerte de su padre Yoshihito, HIRO-HITO le sucede en el trono como emperador con el título de (Paz Ilustrada).
En Japón, el 25 de diciembre de 1926, tras la muerte de su padre Yoshihito (Taisho-Tenno), HIRO-HITO de 25 años, le sucede en el trono como emperador con el título de (Showa-Tenno. Paz Ilustrada). Es el primer emperador en siglos cuya madre biológica es la esposa oficial del anterior emperador. Este país de unas características también nacionalistas, utópicas y antiliberales ha iniciado desde 1905 una notable expansión en el Pacífico, que ha consagrado su estatus de gran potencia durante la Primera Guerra Mundial y que está llamado a tener una importancia extraordínaria en los años treinta y cuarenta. HIRO-HITO es de carácter reservado y tranquilo, mucho más mesurado, de acuerdo con la concepción tradicional, que los generales del ejército. Según esta concepción, su carácter de divinidad le hace tener distanciamiento de quienes conducen los destinos militares de su país.
El primer ministro japonés, Fumimaro Konoe, se ve forzado a dimitir. Es sustituido por Hideki Tojo.
HIRO-HITO firma la orden en la que se debe entrar en guerra con los Países Bajos, Reino Unido y los Estados Unidos si sus demandas de vía libre en China e Indochina no son satisfechas. Meses antes los norteamericanos han suspendido el envío de petróleo a Japón como medida de presión. El primer ministro, príncipe Fumimaro Konoe, es muy reticente a iniciar una guerra contra los Estados Unidos y los países de la Commonwealth. Sin embargo, el emperador HIRO-HITO se inclina finalmente por las tesis del sector más belicista, como el propio Konoe admitirá ante su jefe de gabinete, Kenji Tomita. Ante su aislamiento en el Gobierno y la falta de apoyo del emperador, Konoe se ve forzado a dimitir el 16 de octubre de 1941.
HIRO-HITO encarga a Hideki Tojo la organización del ataque contra la flota estadounidense en el Pacífico.
Para reemplazar a Fumimaro Konoe, HIRO-HITO elige al hasta entonces ministro de la Guerra, general Hideki Tojo, una de las figuras más destacadas del sector belicista, encargándole la organización del ataque contra la flota estadounidense en el Pacífico.
HIRO-HITO da su aprobación oficial al comienzo de la guerra contra Estados Unidos de América.
El 1 de diciembre de 1941, en una Conferencia Imperial celebrada en Tokio, HIRO-HITO da su aprobación oficial al comienzo de la guerra contra Estados Unidos de América.
Una flota japonesa de seis portaaviones y 423 aparatos se aproxima a Pearl Harbor.
El presidente ROOSEVELT hace un último llamamiento personal (en tono de ultimatum) al emperador HIRO-HITO. Japón se desarrolla difícilmente en un Asia cuyos mercados están cerrados por el imperialismo europeo protegido por el poderío naval americano y británico. Para los estrategas nipones, el ataque a la US Navy es un objetivo primordial para romper este cerco. Iniciada ya la guerra en Europa, el almirante Yamamoto ha estudiado la experiencia del ataque británico a Tarento y decide aplicar su método. Una flota japonesa (Nagumo) de seis portaaviones y 423 aparatos acompañados por buques de escolta y petroleros se aproxima a Pearl Harbor, base naval norteamericana en las islas Hawai, donde no se encuentra ninguno de los tres portaaviones americanos pero sí ocho acorazados.
El 15 de agosto de 1945, HIRO-HITO anuncia por radio la rendición. Fin de la Guerra.
El 15 de agosto de 1945, tras el bombardeo nuclear y la entrada de la Unión Soviética en la guerra en Manchuria, HIRO-HITO anuncia por radio la rendición incondicional. Los Estados Unidos se muestran satisfechos con ello, pues queda perfectamente claro que una bomba americana de fisión ha puesto fin a una guerra librada por los americanos, forzando a los japoneses a rendirse, y de paso ha significado una aleccionadora demostración de un poder sin precedentes. A pesar de solicitarse el enjuiciamiento de HIRO-HITO como criminal de guerra, el general Douglas MacArthur insiste en conservar a HIRO-HITO como emperador como símbolo de la continuidad y cohesión del pueblo japonés, así como para que aceptasen la ocupación más fácilmente. Esta fecha se celebrará con tristeza por Japón cada año por la derrota de su país en la contienda militar. Por el contrario, China y Corea del Norte celebran esta fecha oficialmente en recuerdo de su liberación del colonialismo japonés. Esta fecha marca el fin de la Segunda Guerra Mundial. La guerra ha dejado unos 55 millones de muertos, 24,5 de los cuales eran civiles (En la Primera Guerra Mundial, murieron 9,7 millones de personas, 500.000 de ellas, civiles).