Sebastián Iradier y Salaberri es un compositor vasco que ha nacido en 1809 en Lanciego (Álava). En 1827, antes de cumplir veinte años se presenta para obtener y gana una plaza de organista en la Iglesia de San Juan Bautista de Salvatierra donde, en la fecha, empieza a trabajar. Luego, por falta de entendimiento con el párroco, se marcha a Madrid. En el conservatorio de esa ciudad, ocupa, desde 1840, el cargo de maestro de solfeo. Posteriormente es vicedirector de la Academia Filarmónica Matritense y catedrático de armonía y composición del Instituto español. En aquellos años, comienza a componer y publica su primer álbum con seis canciones con letra de Juan Peral, dos con letra de Campoamor y una de García Gutiérrez. Por otra parte, compone cinco valses.

El destino obligado de Sebastián Iradier y Salberri es París y desde allí en una gira a los EEUU., México y Cuba. Estando en este último país, compone la célebre habanera La Paloma que lo hace popular. Retorna a Europa y reside un tiempo en Londres y posteriormente regresa a París. Allí tuvo una vida activa de contactos con el mundo musical y literario. Frecuenta el trato de grandes personajes de la época, entre ellos la emperatriz Eugenia de Montijo, Rossini, Mérimée y las cantantes Malibran y Viardot.

Iradier encarga la publicación de su producción de canciones. La casa Heugel le edita una colección de veinticinco. En esa ciudad frecuenta a su amigo el compositor Georges Bizet. Fruto de esta amistad es la utilización por este último para su ópera Carmen, de una habanera compuesta por Iradier. Éste, en efecto, es compositor de canciones finas y de ritmos con gracia y originalidad. Escribirá números musicales para sainetes y la música de zarzuelas como la Pradera del Canal. Al aquejarle una enfermedad ocular vuelve a Vitoria y de ahí visita Salvatierra, en donde su discípulo, el organista Antonio Landazabal, lo agasaja. Este último lo había reemplazado como organista de San Juan cuando su maestro se traslada a Madrid.

La ópera Carmen, música de Bizet y libreto de Próspero Mérimée, se estrena el 3 de marzo de 1875 en el Teatro Opéra Comique de París. El éxito de Carmen no es inmediato por lo que Bizet, que fallecerá tres meses después de esta primera representación, se llevará a la tumba la sensación de fracaso. Sin embargo, posteriormente se hará muy popular por su plenitud melódica y lo sabroso y delicado de su composición. Tiene en ella la conocidísima habanera basada en un tema musical del compositor vasco Iradier. Era un hecho normal que un compositor tomara de un amigo una obra corta para incorporarla en otra de mayor envergadura como gesto de amistad y reconocimiento. En efecto, Iradier había sido amigo de Bizet y ya había fallecido hacía unos años cuando Bizet decidió incorporar ese tema a su obra.