Sin embargo, han tenido que pasar décadas e incluso siglos hasta que se ha podido reparar algunos de los daños causados. en Salem. Para empezar, las personas ejecutadas, que fueron excomulgadas, fueron enterradas además fuera de los cementerios sin dejar constancia de sus nombres. Este insulto póstumo no ha podido subsanarse. Tampoco tuvieron demasiada suerte aquellos presos que salvaron la vida pero perdieron las propiedades. Las cantidades que se les pagaron como compensación moral y material, a principios del siglo XVIII, fueron irrisorias. Llegado el siglo XX aún no se había producido un reconocimiento oficial de la inocencia de seis ajusticiados. Sus descendientes han tenido que esperar hasta el año 2001 para obtener una disculpa en toda regla por parte de las autoridades de Massachusetts.