El Gobierno declara, en la fecha, una vez más, el estado de guerra en Bilbao, debido a los desórdenes provocados durante la huelga general que tiene lugar en la cuenca minera de Bilbao.

El ejército ocupa Bilbao y detiene a varios huelguistas. Los mineros piden que se les pague semanalmente en vez de cada quince días, pero, a pesar de la violencia que acompaña a la huelga, no consiguen su reivindicación.

Fallece en Pedernales Sabino ARANA a los 38 años de edad (Nacido en Abando el 26/1/1865). Fundador del Partido Nacionalista Vasco. Poco antes de fallecer ha delegado -el pasado día 8- la jefatura del partido a su amigo radical Ángel ZABALA. El futuro del nacionalismo vasco se presenta más oscuro e incierto que nunca. Lo que está en juego son dos conceptos opuestos de nacionalismo: uno maximalista, separatista, populista y dispuesto a moverse si es necesario también en la clandestinidad, y otro posibilista, autonomista, con cierto toque elitista y vocación de conquistar el poder desde la legalidad. ¿Cómo integrar a dos corrientes tan opuestas en un mismo proyecto político? ¿Cómo evitar la escisión y, en consecuencia, la caída en la insignificancia del aún débil movimiento nacionalista?

La prosperidad vizcaína tiene, a principio de siglo, cuatro elementos de base: la banca, la minería, la siderurgia y la industria naval; se prestan reciprocamente apoyo en los momentos de debilidad. En estos momentos, la siderurgia en las Provincias Vascongadas representa un negocio mastodóntico que exige el empleo de capital castellano y catalán. Junto a ella se desarrolla también la industria naval. Paralelamente se generan una serie de empresas subsidiarias de muy distinto carácter, pero de gran rendimiento. Junto a los capitalistas de los consejos de administración se crean los técnicos y empresarios que viven con holgura y alimentan un patriotismo vasco compuesto muchas veces por un subconsciente sentido de superioridad. De todas maneras, los vascos exteriorizan un sentimiento de frustración: nosotros, los vascos, pagamos mucho al Estado, se dicen a sí mismos, y recibimos poco.

En Las Vascongadas, los nacionalistas radicales y moderados, están condenados a entenderse si no quieren correr el riesgo de desaparecer del escenario político vasco. La solución a este dilema, quizás la única posible en el momento, consiste precisamente en renunciar a la solución, es decir, en aparcar la discusión y la polémica «sine die» en beneficio de un proyecto político lo suficientemente flexible, indefinido y ambiguo como para permitir la integración de todas las sensibilidades nacionalistas. La espina dorsal de este proyecto político será el primer y, hasta prácticamente el postfranquismo, único programa del flamante Partido Nacionalista Vasco (PNV) aprobado después de largas negociaciones a finales de 1906, en el cual se fija la restauración foral como máximo objetivo de la política nacionalista. Si esto significa autonomía, pacto con la Corona, soberanía compartida o independencia absoluta queda a la libre decisión de cada uno de los afiliados.

Tras recuperar la unidad del partido, da comienzo la elección de las Juntas Municipales del PNV en todas las localidades donde cuentan con más de diez afiliados.

Los nacionalistas vascos se atreven por primera vez en 1907 a presentar un candidato propio en las elecciones a Cortes. En efecto, el abogado PEDRO ANITUA se presenta por Bilbao. Esta audacia termina por hundir al movimiento en una profunda crisis interna, ya que el sector moderado -encabezado por RAMÓN de la Sota- desafia abiertamente a la dirección del partido y apoya al magnate industrial monárquico -luego elegido- YBARRA.

El proceso de eleción de las Juntas municipales, iniciado a finales de 1906, culmina en 1908 con la constitución de sendos Consejos Regionales en Vizcaya y Guipúzcoa, y los moderados dan su beneplácito a que un supuesto radical, LUIS ARANA -el hermano de SABINO- presida el nuevo Consejo Regional del partido en Vizcaya, las extremas tensiones de los años anteriores parecen no superadas, pero sí olvidadas. Afianzada la cohesión del partido, aunque fuera de forma más bien precaria, queda libre el camino para la labor organizadora.

La Asamblea Nacional del PNV que se celebra, en la fecha, en Elgoibar (Vizcaya) decide a instancias del sector moderado incorporar una nueva cláusula según la cual los nacionalistas vascos se comprometen a ajustarse «en todos los actos de su propaganda a los preceptos del régimen legal vigente».

La muerte de CARLOS VII, en la fecha, hace pasar la herencia a su hijo JAIME III, y el movimiento carlista toma entonces el nombre de «jaimismo». Su figura más destacada en esta época es Vázquez de Mella, quien se manifestará decidido germanófilo en el curso de la Primera Guerra mundial.