Euskadi ha estado con Castilla sin más, hasta que en el siglo XIX surge el nacionalismo vasco. Las fundiciones atraen a una clase obrera española y acaban creando una burguesía en Bilbao, que monta una gran banca que se impone en Madrid, con la Corona que veranea en San Sebastián. Ahí apenas hay nacionalismo y sí mucha españolidad. A la par, en el ámbito rural curas y payeses están rabiosos con la desamortización, que ha beneficiado a los burgueses, y se arman carlistas, tres guerras que separan campo y ciudad, aunque la pequeña burguesía derive también carlista, conjunto con el que Sabino Arana articula el PNV: nacionalismo, folklore, religión, foralismo. Sólo con Franco en los años cincuenta, con los estudiantes y el marxismo, surgirá el independentismo real y el asesinato etarra contra los españoles socialistas, empresarios, peperos y hasta contra los peneuvistas, aunque éstos con condiciones.

La reaparición del Lendakari AGUIRRE y su definitiva instalación en EE UU, favorecen la vinculación de los servicios de información del PNV a los servicios secretos norteamericanos. La delegación vasca en Nueva York se convierte en la terminal de los recuperados servicios que han reorganizado Pepe MITXELENA y Flavio AJURIAGUERRA en Francia y España. Independientemente de la importancia del trabajo desarrollado en favor de los aliados, es un convencimiento pleno de nacionalistas y demás sectores antifranquistas que el final de la Segunda Guerra Mundial y la victoria de las democracias deberá conllevar la ayuda al derrocamiento de la dictadura franquista, aliada política, mIlitar e ideológica del derrotado nazifascismo. Sin embargo, la reestructuración del Gobierno vasco, su reubicación en París, el apoyo al mismo por parte de todos los sectores políticos, como se expresa en el Pacto de Bayona de marzo de 1945, hacen más flagrante la decepción ante el paulatino apoyo que los países aliados dan al régimen de FRANCISCO FRANCO a partir de 1950.

Como continuación de la huelga general de hace unos días, se llevan a cabo pequeñas huelgas en Vizcaya y Guipúzcoa en las que se producen unos 2.000 detenidos.

El Partido Nacionalista Vasco se ha conservado en el exilio, haciendo esfuerzos para ser reconocido por los aliados, durante la segunda Guerra mundial, como representante legítimo del pueblo vasco y negociando, con varia fortuna, en los proyectos que se realizan para constituir un gobierno de la República fuera de España. A partir de 1952 se inicia en Bilbao, en la clandestinidad, un intento para la reconstrucción del partido en el interior.

Ante la situación político-económica de España y ante la resignación e inactividad del viejo nacionalismo vasco, un grupo de estudiantes bilbaino se reúne en 1952 para publicar un boletín de nombre profético: «Ekin» (emprender, hacer).

En torno a 1952 surge en el seno de la organización estudiantil vasca EIA un grupo que se reune para publicar un boletín de nombre profético: EKIN que, por su propio título (equivalente a \»hacer\», \»emprender\»), demuestra la desconfianza con repecto a la oposición vasca tradicional y el deseo de sustituirla mediante el activismo.

La estrategia pro aliada de AGUIRRE se troca en amargura e impotencia al ver que EEUU. afianza la dictadura franquista militar y económicamente mediante los acuerdos de 1953. Los esfuerzos propagandísticos de la Resistencia y de las comunidades nacionalistas en el exilio europeo y americano se diluyen ante el cínico pragmatismo que la Guerra Fría marca a norteamericanos, franceses y británicos respecto del régimen español.

A lo largo de 1955 y 1956, el grupo que en el País Vasco ha empezado a publicar «Ekin» se integra en EGI, organización juvenil dependiente del PNV, Partido Nacionalista Vasco, fundado a fines del siglo XIX.

El nacionalismo vasco de los años cincuenta sigue estructurado en torno del Partido Nacionalista Vasco (PNV). En 1955, el grupo ‘Eusko-Gastedi’ (EGI), las juventudes del PNV, se fusionan con el grupo que publica la revista ‘Ekin’. El nuevo EGI, resultado de la fusión, empieza a distanciarse ideológicamente del PNV, hasta que el 1958 se produce la rotura definitiva. De este proceso surgirá la organización Euskadi ta Askatasuna (ETA, Euskadi y Libertad), en 1959. Su actividad inicial consistirá en pintadas en las calles, edición de panfletos y colocación de banderas vascas. No se planteará el uso de la violencia hasta 1961. La primera acción en este sentido, será el intento de hacer descarrilar un tren que conduce excombatientes franquistas desde San Sebastián a Bilbao. Esta acción dará lugar a las primeras detenciones de militantes de ETA, que serán torturados bajo la dirección del policía Melitón Manzanas, que se convertirá en la primera víctima mortal de la organización.

En el nuevo contexto del Estado español, marcado por el desarrollo económico y la definitiva consolidación del régimen franquista, el grupo de estudiantes, que publica EKIN, pretende responder a la pasividad del nacionalismo histórico mediante una acción que en principio se limita al debate de los viejos textos nacionalistas en torno al Fuero y a la historia vasca. Sus contactos con Euzko Gaztedia (EGI, Juventud Vasca) y el PNV llevan a la fusión con la organización juvenil nacionalista en 1956.