PAÍS VASCO (Hasta España de las Autonomías) (...... - 11/1/1980)

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Los dirigentes de ETA, que se declaran revolucionarios no por lo «social» sino por lo «nacional», optan por el camino de la violencia.


Los dirigentes de ETA, que se declaran revolucionarios no por lo «social» sino por lo «nacional», optan por el camino de la violencia, y el 18 de julio de 1961 se produce la primera actuación auténticamente militar, al atacar un tren de excombatientes falangistas. Por otra parte, en la misma fecha, durante el acto conmemorativo del XXV aniversario del inicio de la guerra civil, varios militantes de la organización independentista vasca ETA, queman banderas españolas en la capital donostiarra. La consiguiente represión provoca la huida de los dirigentes de esta organización a Francia.

Los dirigentes de ETA, que se declaran revolucionarios no por los «social» sino por lo «nacional», optan por el camino de la violencia.


Los dirigentes de ETA, que se declaran revolucionarios no por los «social» sino por lo «nacional», optan por el camino de la violencia, y, en la fecha, se produce la primera acción auténticamente militar, al atacar un tren de excombatientes falangistas. La consiguiente represión, provoca la huida de los dirigentes a Francia.

La I Asamblea de ETA, muestra la procedencia ideológica de los dirigentes etarras.


La I Asamblea de ETA, que busca adecuar el nacionalismo sabiniano a la nueva realidad socioeconómica del País Vasco, muestra la procedencia ideológica de los dirigentes etarras: la política económica puede equipararse a la doctrina social de la Iglesia. La repulsión por la doctrina marxista -se equipara comunismo y fascismo, y se condena al PSOE, «tan imperialista como la Falange»- y cierta xenofobia -«habría que recibir a pedradas o a tiros a los extranjeros»- aún reflejan una mentalidad peneuvista.

I Asamblea de ETA. En su primera asamblea, ETA se autodefine como «Movimiento Revolucionario Vasco de Liberación Nacional.


I Asamblea de ETA. En su primera asamblea, ETA se autodefine como «Movimiento Revolucionario Vasco de Liberación Nacional», independiente de cualquier otro partido u organismo; proclama que Euskadi abarca Guipúzcoa, Alava, Vizcaya, Navarra, Laburdi y Zuberoa; y pide el establecimiento de un régimen democrático y representativo en ese ámbito territorial, así como la supresión de las fronteras estatales y la integración de una federación europea. Se formula que los elementos integrantes de la empresa son el trabajo y el capital privado y público, y se proclama al euskera como la única lengua nacional: «Un vasco para el cual el problema del euskera no es definitivo es un traidor».

II Asamblea de ETA: Al segundo congreso de ETA acuden dos corrientes de opinión diferenciadas.


II Asamblea de ETA: Al segundo congreso de ETA acuden dos corrientes de opinión diferenciadas: una tendencia «tercermundista», que incide en la importancia de la lucha de «liberación nacional», y una tendencia «marxista», que subraya el aspecto clasista del conflicto, en el que la oligarquía vasca se encuentra en el bando enemigo. Se busca una fórmula de compromiso al definirse ETA como socialista, a la vez que se declara la coincidencia de la lucha de clases con la de liberación nacional. En el aspecto militar se incide en el predominio de la guerrilla de «asfalto» sobre la rural, y se dan instrucciones pormenorizadas sobre las técnicas de ataque. Aparece ya una mística de la intransigencia, que ha sido, en lo sucesivo, permanente compañera de ETA: «Para nosotros, como para un cruzado del siglo X, nuestra verdad es la verdad absoluta, exclusiva, no admite dudas o titubeos. Somos intransigentes en nuestras ideas, en nuestras verdades, en nuestros objetivos».

El desarrollo económico de estos años culmina la industrialización del País Vasco, poniendo las condiciones para un nuevo Movimiento Obrero.


Mientras el desarrollo económico de estos años culmina la industrialización del País Vasco, poniendo las condiciones para un nuevo Movimiento Obrero que se expresa en movilizaciones y orgánicamente en Comisiones Obreras, el euskera pasa a jugar un papel central en las formulación de la identidad nacionalista. En esta última dinámica confluirán tanto militantes provenientes del nacionalismo de la preguerra, que ponen en marcha las primeras Etxe Eskolas (escuelas en euskera situadas en domicilios particulares), como los integrantes de ETA que coadyuvan a éstos en el movímiento de lkastolas (colegios de enseñanza en euskera) de tan importante y significativo desarrollo en la segunda parte de los años 60.

Despliegue del movimiento de la enseñanza en euskera, de forma desigual pero vertiginosa, a lo largo y ancho del país.


El despliegue del movimiento de la enseñanza en euskera, de forma desigual pero vertiginosa, a lo largo y ancho del país, es la expresión en ese campo de un elenco de iniciativas favorables a la cultura vasca presentes desde finales de la década anterior. Junto a la nueva literatura en euskera -Gabriel Aresti, Txillardegi (José Luis Álvarez Enparantza), Bittoriano Gandiaga, etc.-, dinámicas como las campañas de alfabetización para modernizar y popularizarla lengua vasca, iniciativas editoriales y concentraciones populares al calor de renovadas «fiestas vascas» crean el ambiente para que el nuevo nacionalismo se refuerce ideológica y orgánicamente.

ETA se convierte en la principal referencia para quienes se mueven dentro de las coordenadas vasquistas y/o nacionalistas.


Así, aunque el PNV aún llega a dinamizar acciones de masas como los Aberri Eguna (Día de la Patria) de Gernika, Bergara, Vitoria o Pamplona en los años 1964 y siguientes, ETA se convierte en la principal referencia para quienes se mueven dentro de las coordenadas vasquistas y/o nacionalistas. La organización radical adquiere un creciente protagonismo y liderazgo en perjuicio del nacionalismo histórico. Este atractivo hace que ETA se convierta, junto al nuevo Movimiento Obrero, en el marco orgánico de socialización política de gran parte de la generación que se incorpora a la lucha antifranquista en los años 60.

III Asamblea de ETA: Esta asamblea es crucial en muchos órdenes: se denuncia al PNV como representante del nacionalismo burgués.


III Asamblea de ETA: Esta asamblea es crucial en muchos órdenes: se denuncia al PNV como representante del nacionalismo burgués y se aprueba que ETA siga en la clandestinidad aunque se produzcan cambios «democratizadores'» en el gobierno español». En el texto titulado «La Insurrección en Euskadi», que se aprueba en la citada III Asamblea, se puede leer: «A la legalidad hispana o gala anteponemos nosotros la vasca. Pero no con declaraciones platónicas, sino con plastic y metralleta, precedidos y acompañados con toneladas de propaganda». Se crea, por otra parte, la figura del «liberado», militante que vive en la clandestinidad total, dedicado exclusivamente a la lucha antifranquista. Se establece también el «impuesto revolucionario» como fuente de financiación. Una organización paralela, la OPA, agruparía a los simpatizantes carentes del valor o la posibilidad de militar en ETA. Los trabajadores deben tener el control de la economía, si bien se reconoce el derecho a la propiedad de los medios de producción.

III Asamblea de ETA. Se discute la exégesis lineal del nacionalismo aranista, al proponer la sustitución del elemento racial por el lingüístico.


Aunque continúan con los grupos de debate en torno a la historia vasca y la euskaldunización, con la publicación de materiales propagandísticos, etc., pronto su radicalismo se traduce en acción. La heterogeneidad, ambigüedad e imprecisión ideológica que caracteriza a ETA hasta al menos su III Asamblea (abril-mayo de 1964) tiene en la voluntad de actuar el nexo más fuerte y vinculante para la creciente militancia. La exégesis lineal del nacionalismo aranista, con modificaciones importantes como la sustitución del elemento racial por el lingüístico, se combina con la crítica a los herederos políticos de aquél por su inactividad.