LUIS XVI (Rey de Francia) (1774-1792)

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Es aprobada por la Asamblea francesa, la Constitución Civil del Clero.


Es aprobada por la Asamblea francesa, la Constitución Civil del Clero. Comprende cuatro títulos: 1) Oficinas Eclesiásticas: Los límites diocesanos deben coincidir con los de los departamentos, por lo que se deben suprimir 57 sedes episcopales. El título de arzobispo es abolido. 2) Nombramientos al Beneficio: Los obispos deben ser designados por la Asamblea Electoral del departamento; deben ser investidos y consagrados por el metropolitano y prestar juramento de fidelidad a la nación, al Rey, a la Ley, y a la Constitución; no deben pedir ninguna confirmación al papa. Los párrocos deben ser electos por las asambleas electorales de los distritos. Por lo tanto todos los ciudadanos, aún protestantes, judíos, y católicos nominales, pueden nombrar titulares de las oficinas eclesiásticas, y la primera obligación de los sacerdotes y obispos es prestar juramente de fidelidad a la Constitución que niega a la Santa Sede cualquier poder efectivo sobre la Iglesia. 3) Salario de los ministros de la Religión: Para el bajo clero esto fue una mejora de su condición material, especialmente debido a que el valor real de estas sumas eran dos y una vez y media la suma que recibían en el momento y 4) Residencia: se establecen condiciones muy severas relativas a las ausencias de los obispos y pastores.

La presión del nuevo régimen suscitan los mayores rencores entre los miembros de la aristocracia.


La presión del nuevo régimen sobre los propietarios de bienes raices, así como la abolición de los privilegios suscitan los mayores rencores entre los miembros de la aristocracia, que no acceden de buen grado a contemplar con impotencia el avance de la revolución. Es precisamente a raiz de la ruptura social provocada por el cisma religioso que el movimiento contra-revolucionario da explícitas señales de vida, atrayendo a su causa a masas ingentes de campesinos seguidores de los postulados contrarios al nuevo régimen, predicados por los sacerdores refractarios. Así, se procede a la movilización de contingentes armados y a la preparación de planes subversivos, cuyo objetivo inmediato es permitir la huida del rey y la consecución del apoyo de las potencias absolutistas.

La mayoría del clero de Francia se niega a prestar juramento a una Constitución impía.


En Francia, los líderes revolucionarios son anticristianos. Han leído las obras de Voltaire y de los demás «filósofos ilustrados», así que, enseguida, se apresuran a abolir el cristianismo e introducir el culto de «la diosa Razón». Una actriz, representando a «la diosa» es entronizada en el altar mayor de la Catedral de Nótre-Dame… A pesar de todo, la Revolución no consigue su propósito, pues la mayoría del clero de Francia se niega a prestar juramento a una Constitución impía. Y, naturalmente, se desata la persecución sobre los no juramentados (refractarios). Miles de sacerdotes son encarcelados y desterrados. En un solo día, tres obispos y doscientos sacerdotes son asesinados en París… El paso siguiente será organizar una «Iglesia Constitucional», sometida a un gobierno ateo. La división entre Constitucionales y Refractarios -los que se han negado al juramento- se transmite a la misma población entre los seguidores de unos u otros.

El Rey de Francia promete fidelidad a la Constitución que apruebe la Asamblea.


Fiesta de la Federación Nacional en el «Champ de Mars». LA FAYETTE pronuncia el juramento «que une a los franceses entre sí y a los franceses con su rey, para defender la libertad, la constitución y la ley». Esta fiesta muestra la imagen de un posible compromiso y estabilización de la revolución por parte de la nueva clase política que no se logrará. La asistencia de burgueses, aristócratas y gente del pueblo, participando vivamente en un juramento federativo, el día en que se celebra el aniversario de la toma de la Bastilla, expresa la permanencia de la unidad nacional que ha surgido un año antes. No obstante, el fracaso de la Asamblea Constituyente en su búsqueda de un compromiso es total, debido fundamentalmente, a la disociación de intereses entre los representantes de la nación y gran parte de las capas sociales. También el Rey promete fidelidad a la Constitución que apruebe la Asamblea.

El Papa PÍO VI expresa su alarma a LUIS XVI y le urge a que no firme la Constitución Civil del Clero.


En la Fiesta de la Federación Nacional, los trescientos pastores que ofician en el altar de la nación usan la faja tricolor sobre sus vestimentas pastorales y ruegan por la bendición de Dios sobre la Revolución. Están presentes representantes de las ciudades de Francia, y es inaugurado una especie de culto, el de la tierra Patria, el origen remoto de todos los «cultos Revolucionarios». El Papa PÍO VI expresa su alarma a LUIS XVI y le urge a que no firme la Constitución Civil del Clero. Unos días más tarde, LUIS XVI le indica que si se niega su vida y la vida de su familia podría quedar en peligro.

España cede a Francia su parte de la Isla Española.


España cede a Francia su parte de la Isla Española.

Esta pieza también aparece en ... CARLOS IV ( Rey de España) (1788-1808)

Los obispos franceses, mediante un escrito, rechazan la Constitución y llaman a los fieles a hacer lo mismo.


Los obispos franceses, publican «Exposition des principes sur la constitution civile du clergé», compilado por Boisgelin, Arzobispo de Aix en la cual rechazan la Constitución y llaman a los fieles a hacer lo mismo. Esta publicación marca el comienzo de un violento conflicto entre el episcopado y la Constitución.

Un decreto estipula que todos los obispos y pastores deben jurar la Constitución en el plazo de una semana.


El 27 de Noviembre de 1790, después de un discurso de MIRABEAU, un decreto estipula que todos los obispos y pastores deben jurar la Constitución en el plazo de una semana, so pena de perder sus puestos, todos aquellos que rehúsen hacerlo y sin embargo continúen cumpliendo sus funciones pastorales deben ser perseguidos por enturbiar la paz pública.

LUIS XVI, rey de Francia, sanciona la Constitución civil del clero a fin de evitar un levantamiento.


LUIS XVI, rey de Francia, muy perturbado por el decreto que estipula que todos los obispos y sacerdotes deben jurar la Constitución, finalmente, en la fecha, lo sanciona a fin de evitar un levantamiento. Hasta este momento un gran sector de la clerecía menor ha mostrado una cierta simpatía por la Revolución, pero cuando ven que los miembros episcopales de la Asamblea rehusan prestar juramento, sacrificando de este modo sus sedes, un número de pastores sigue este desinteresado ejemplo. Puede decirse que desde finales de 1790 el alto clero y los elementos verdaderamente ortodoxos de la clerecía menor están unidos contra las medidas revolucionarias. Desde ahora habrá dos clases de sacerdotes, los no juramentados o sacerdotes refractarios, que son fieles a Roma y rehusan el juramento, y los que han jurado, juramentados, o sacerdotes constitucionales que han consentido prestar su juramento. De los 125 obispos sólo cuatro han jurado: Talleyrand de Autun, Brienne de Sens, Jarente de Orleáns y Laford de Savine. En las ciudades importantes la mayoría de los sacerdotes rehusaron prestar juramento. Se puede decir que aproximadamente la mitad de los sacerdotes que fueron llamados a jurar lo hicieron.