Mientras los alemanes invaden Bélgica, una fuerza expedicionaria británica desembarca en Calais, Ostende y Dunkerque (Francia), al mando de sir John French. De esta manera Gran Bretaña asegura a Francia su asistencia después de algunos titubeos, ya que una parte del gabinete británico es partidaria, al menos, de una pasajera neutralidad y dos ministros dimiten. El último empujon para su entrada en la guerra lo da la penetración alemana en Bélgica.

Del 8 al 14 de agosto las tropas alemanas avanzan por Bélgica como un alud.

El 14 de agosto, las primeras fuerzas alemanas, habiendo ya atravesado Bélgica, penetran en Francia.

Batalla de Charleroi (Bélgica): Del 21 al 25 de agosto, al oeste de Bélgica, al otro lado del Mosa, tres ejércitos alemanes avanzan rápidamente sobre la izquierda francesa. JOFFRE se retira en toda la línea.

En la fecha, las tropas británicas se enfrentan a las alemanas en Mons, en Bélgica, cerca de la frontera francesa. A diferencia de los demás combatientes, Gran Bretaña no dispone de un nutrido ejército de reemplazo, pero el que tiene está bien instruido. Lucha con todo su ardor, porque Guillermo II, con su sempiterna tendencia a pronunciar frases inoportunas, se ha referido al «desdeñable y pequeño ejército» británico. Los soldados se dan a sí mismos el apodo de (los Viejos desdeñables), y luchan como fieras. Pero los alemanes son imparables, y los británicos han de retroceder.

Batalla de Lovaina, en la que el ejército alemán del general Ludendorff captura esta ciudad de Bélgica. La magnífica biblioteca de su universidad es incendiada.

Los alemanes atacan, en Yprès (Bélgica), cerca del río Yser, al cuerpo inglés mandado por sir Douglas Haig, logrando romper su centro, pero sin explotar el triunfo. El combate es terrible; las colinas, granjas y trincheras cambian de manos sucesivamente, mientras las aldeas se convierten en escombros y ni siquiera se entierra a los muertos. La llegada del otoño añade la lluvia y la nieve. En Yprès se producen medio millón de muertos entre ambos bandos. La guerra de movimientos se convierte en guerra de posiciones (campos atrincherados).

El fracaso de la estrategia alemana de la guerra rápida, iniciado en el Marne, queda sellado en Yprès. El frente queda delineado por una interminable sucesión de trincheras, que desde Nieuport sobre el Canal de la Mancha, poco al oeste de Ostende, desciende hacia Yprès, en dirección a París, pero se detiene en las riberas del río Oise, tuerce hacia Reims, pasa por Verdún, retrocede detrás de Nancy y bordea la frontera de Alsacia-Lorena. Hasta marzo de 1917, el frente occidental permanecerá así, totalmente paralizado. Alemania debe ocuparse previamente del frente oriental. Detrás de la línea de trincheras, Alemania retiene casi toda la región industrial de Francia, entre ellos los principales establecimientos metalúrgicos y de minería. También ocupa casi todo el territorio de Bélgica.

La enfermera británica Edith Cavell es fusilada por los alemanes por haber ayudado a escapar de Bélgica a prisioneros aliados.

Los británicos toman Virny, en Bélgica.