El reinado del emperador bizantino ALEJANDRO III es muy breve, pues mientras los búlgaros empiezan a prepararse para la guerra contra el Imperio, ALEJANDRO muere en la fecha. En su lecho de muerte nombra a su sobrino CONSTANTINO como heredero.

CONSTANTINO VII, emperador de Bizancio (913-919). Asciende a la dignidad imperial a la edad de 7 años en 913, bajo la regencia del patriarca NICOLÁS el Místico. NICOLÁS se verá obligado a firmar la paz con el rey de Bulgaria SIMEÓN I, al que tuvo que reconocer como emperador o zar de Bulgaria. A causa de ello, NICOLÁS será desplazado de la regencia por la madre de Constantino, ZOE Karbonopsina.

Pese a los ataques de búlgaros y rusos, el Imperio bizantino permanece fuerte en estos años. Lucha con eficacia en Asia Menor oriental contra los musulmanes, y consolida su posición en el sur de Italia. Derrota a los musulmanes en 916 junto al río Garigliano, y los expulsa de Italia para siempre.

SIMEÓN I el Grande de Bulgaria logra ganar una supremacía militar sobre el Imperio bizantino, demostrada en la batalla de Aqueloo, una de las batallas más sangrientas en la Edad Media, así como una de sus victorias más decisivas. Su reinado también verá el desarrollo de una cultura eslava cristiana muy rica y única, que se convertirá en un ejemplo para otros pueblos eslavos de Europa del Este y también fomentará la existencia continua de la nación búlgara, a pesar de fuerzas que la amenazan. Es el primer soberano de este país que adopta el título de «tsar» (zar; versión eslava de «Caesar»). Esto significa que hay dos monarcas en el Este que se llaman a sí mismos emperadores. Hay un tercero en Occidente: Arnulfo, sobrino de CARLOS el Gordo.

Hasta 924, SIMEÓN I de Bulgaria efectúa incursiones en el Sur en numerosas ocasiones, penetrando hasta las murallas de Constantinopla. Éstas siguen siendo inexpugnables, y SIMEÓN carece de marina. Constantinopla lo repele animando a los pechenegos, una nueva ola de tribus asiáticas que descarga sobre Europa, a que atacar Bulgaria por el Este. Los serbios, un pueblo eslavo que controla el traspaís adriático (los propios bizantinos siguen ocupando el litoral), también lucha contra los búlgaros por el Oeste.

En el Imperio bizantino, ZOE tampoco consigue éxito alguno con los búlgaros, y en 919 es reemplazada por ROMANO I Lecapeno, que casa a su hija Elena con Constantino. ROMANO I Lecapeno, era el hijo de un guardia imperial de origen armenio llamado Teofilacto Abstartos, que era apodado como «el Insoportable». Según algunas fuentes, la juventud de CONSTANTINO VII habría sido especialmente triste, debido a su apariencia poco agraciada, su carácter taciturno y por haber sido relegado al tercer nivel de sucesión, tras los dos hijos de ROMANO I Lecapeno. Sin embargo, era un joven muy inteligente con múltiples intereses, y habría dedicado los años apartado del trono para estudiar las costumbres de la corte. ROMANO I Lecapeno se hizo con el poder en solitario hasta 944.

PEDRO I zar de Bulgaria (927-970). Segundo hijo de Simeón I, hereda el trono a la muerte de su padre. Al principio de su reinado, Pedro enfrenta revueltas de sus hermanos, que suprime, y también soporta las incursiones de los magiares, que cruzan Bulgaria en su camino al Imperio bizantino. Su reinado, sin embargo, es generalmente pacífico, y hace importantes avances contra los bizantinos, recibiendo de ellos el título de «emperador», ganando reconocimiento de la independencia de la Iglesia búlgara, y se casa con la nieta del emperador bizantino Romano I Lecapeno.

La Rusia de Kiev está interesada en comerciar con las naciones más avanzadas del Sur, en particular con los bizantinos. En 941, una numerosa flotilla de barcos rusos cruza el mar Negro a fin de atacar Constantinopla, e imponer a los bizantinos condiciones mercantiles favorables. Pero los bizantinos destruyen totalmente los barcos rusos recurriendo al «fuego griego». Es la última vez que se usa.

ROMANO I Lecapeno es depuesto por sus hijos del trono bizantino, y reconocen finalmente a CONSTANTINO VII como emperador (944-959).

Los ejércitos bizantinos, en el curso de una campaña contra el sultanato árabe de Edesa, se apoderan del Mandylion y lo llevan solemnemente a Constantinopla el 16 de Agosto. El Mandylion era en realidad la Síndone (Sábana Santa) plegada ocho veces de modo que se viera sólo el rostro.