CONDADO DE ARAGÓN-SOBRARBE (809-970)

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A medida que los francos conquistan nuevos territorios para la Marca, éstos se dividen en condados


A medida que los francos conquistan nuevos territorios para la Marca, éstos se dividen en condados, al frente de los cuales LUIS I el Piadoso, rey de Aquitania -como responsable de las cuestiones de la Marca Hispánica- pone hombres de confianza o delegados, es decir, condes. Este cargo no es vitalicio ni hereditario. Los primeros condes de la Marca Hispánica no son francos, sino visigodos o galo-romanos; estos personajes suelen proceder de Aquitania, y, más concretamente, del Condado de Tolosa y de la Septimania. Se establecen de esta manera varios núcleos cristianos en diversos valles pirenaicos que obedecen a CARLOS.

El conde AUREOLO es investido por CARLOS para regir el núcleo primitivo de lo que será Aragón.


El núcleo primitivo de lo que será el condado de Aragón, que tiene su principal centro urbano en Jaca, estará formado por la vertiente meridional del Pirineo central, en los valles de Echo y Canfranc, regados por dos ríos, el Aragón Subordán y el Aragón, que le darán su nombre. Independizado del dominio musulmán, este territorio será regido desde la fecha por AUREOLO, hijo del conde Aureolus de Périgueaux, que ha estado en relación con el señor de Zaragoza y Huesca.

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Al morir AUREOLO, una dinastía de origen local a cuyo frente se sitúa AZNAR I GALINDO, accede al poder.


En la fecha, al morir AUREOLO, conde ultramontano, una dinastía de origen local a cuyo frente se sitúa AZNAR I GALINDO, accede al poder (809-820), investido asimismo por CARLOMAGNO, gobernando sobre un conjunto de tierras que van desde el valle de Echo, en torno al río Aragón, hasta el Sobrarbe. No se sabe quien es este conde, pero su gentilicio parece que pertenece a una familia de la zona, tal vez sea el mayor terrateniente del velle de Echo. Sea como sea, lo cierto es que la familia de AZNAR se asienta en el condado e inicia la lista de condes autóctonos del condado de Aragón-Sobrarbe.

Un tal GARCÍA GALÍNDEZ el Malo, expulsa del condado a AZNAR I y usurpa el trono por algunos años.


Un tal GARCÍA I GALÍNDEZ el Malo, que está casado con una hija de AZNAR I, expulsa del condado a éste y usurpa el trono por algunos años (820-833) en contra de la familia condal. LUIS I el Piadoso, el nuevo emperador franco, hijo de Carlomagno, nombra a AZNAR conde de Urgell y de Cerdaña, dos condados más hacia el este.

GALINDO GARCÉS (Conde de Aragón -Sobrarbe) (833-844).


GALINDO GARCÉS (Conde de Aragón -Sobrarbe) (833-844). Hijo y sucesor de García I Galíndez. Casará con Guldregut, ambos fundadores y benefactores del Monasterio de San Pedro de Siresa.

GALINDO I AZNÁREZ, nuevo conde aragonés (844-864) sucede a García Galíndez.


GALINDO I AZNÁREZ, nuevo conde aragonés (844-867) sucede a Galindo Garcés. Al no tener descendencia Galindo Garcés, el condado pasa a su tío Galindo I Aznárez, hermano de su madre Matrona Aznárez, también conde de Urgel (830-833), Cerdaña (830-833), Pallars (833-834) y Ribagorza (833-834). La familia AZNAR recupera, pues, el poder sobre el condado de Aragón y lo mantendrá durante todo el siglo IX y la primera mitad del X. Este personaje, aparece como el fundador de ARAGÓN como condado sobre el núcleo principal del valle del Echo y con San Pedro de Siresa como aglutinante espiritual. Con sus inmediatos sucesores, el condado cuya principal urbe es Jaca, se irá extendiendo sobre la cuenca del Gállego al tiempo que se perderá la influencia carolingia.

AZNAR II GALÍNDEZ nuevo conde aragonés (864-893) que sucede a GALINDO I AZNÁREZ.


AZNAR II GALÍNDEZ nuevo conde aragonés (867-893) que sucede a Galindo I Aznárez. Durante su gobierno el condado de Aragón se va separando de la influencia franca y se aproxima a Pamplona, pero sin perder su autonomía.

GALINDO II AZNÁREZ es el nuevo conde aragonés (893-924) que sucede a su padre AZNAR II GALÍNDEZ.


GALINDO II AZNÁREZ es el nuevo conde aragonés (893-922) que sucede a su padre AZNAR II GALÍNDEZ. El condado de Aragón son apenas unos kilómetros cuadrados que comprenden los valles de Echo y Ansó. Los aragoneses son muy pocos y están rodeados de señores muy poderosos. Por el sur los ricos y desarrollados musulmanes del califato, dispuestos a engullir a los pequeños Estados del norte en cuanto un general audaz se lo proponga; por el norte los francos, en plena decadencia tras la desmembración del imperio Carolingio, descompuestos en centenares de miniestados feudales, enfrascados en luchas intestinas pero siempre peligrosos adversarios; por el este los territorios de Sobrarbe, en poder musulmán, y Ribagorza, que a duras penas logra mantener su identidad en torno a señores territoriales que se proclaman condes; y al fin, al oeste, el emergente reino de Pamplona, cuyos ambiciosos monarcas aspiran a crear un gran reino desde las costas del Cantábrico hasta los Pirineos, y en cuyo camino se interpone el minúsculo condado de Aragón.