El valor demostrado por los hermanos Jesse y Frank James durante la contienda los convertirá en una leyenda entre los sudistas. Vencida la Confederación y disuelta la banda de Quantrill, Jesse James decide formar la suya propia junto a su hermano mayor Frank y los hermanos Cole y Robert Younger. Durante once años serán intocables. Recorrerán y saquearán poblados y bancos y asaltarán trenes sin que la ley pueda con ellos. Esto se deberá, en parte, a que sus paisanos de Misuri les dan cobertura, porque los consideran los últimos soldados de la Confederación.

Los esclavos negros son liberados (formalmente) en EE UU. Aunque el presidente de los EEUU.  Abraham Lincoln no era inicialmente antiesclavista, el curso de la guerra contra el Sur le hizo consciente de que su causa ganaría en popularidad ante el mundo incorporando este factor en su programa. La proclamación se componía de dos decretos presidenciales. La primera, presentada el 22 de septiembre de 1862, establecía la libertad de todos los esclavos en la totalidad de los estados de los Estados Confederados de América. La segunda orden, presentada el 1 de enero de 1863, enumeraba diez estados específicos donde se aplicaría.

La Unión sufre una derrota tras otra en Virginia, pero es importante precisar que pese a tales derrotas va fortaleciéndose paulatinamente en el ámbito económico. Prospera, vende su trigo a todo el mundo, y recibe en contrapartida cuanto necesita para el esfuerzo bélico. En cambio, la Confederación está estancada, pues su algodón se amontona en los almacenes a causa del bloqueo. La Unión dispone de una red ferroviaria en crecimiento que puede transportar refuerzos y pertrechos siempre que sea necesario. La Confederación tiene muchos menos ferrocarriles y ni siquiera puede repararlos, de modo que sus soldados está hambrientos todo el tiempo. Los inmigrantes entran en la Unión en grandes contingentes, en busca de una paga elevada, y nutre un tercio de las fuerzas unionistas. Nadie, en cambio, acude a la Confederación. Claro que la Confederación no tiene nada que conquistar; debe limitarse a esperar que la Unión se canse de luchar, y no resulta inconcebible que eso llegue a suceder. Son muchos los que en la Unión se oponen a la guerra, unos por el desagrado idealista que les inspira la muerte y la destrucción, y otros por sus simpatías manifiestas hacia la Confederación.

Al igual que Argentina, Colombia ha de superar tendencias descentralizadoras, pero consigue formar una unión federal con sus diversas provincias el 8 de mayo de 1863. Así, la Confederación Granadina es rebautizada con el nombre de EEUU. de Colombia.

LEE considera que una victoria confederada en suelo unionista, añadida a la serie de desastres sufridos por la Unión en Virginia, reforzará enormemente a la opinión proconfederada en el? Norte. También llevará a su máxima expresión el desbordante resentimiento engendrado por las privaciones que impone la guerra. La Unión debe enfrentarse al hecho de que una lucha sin final previsible es estúpida, cuando la Confederación está dispuesta a detenerla en cualquier momento, sin más condición que los unionistas la dejen sola. Con esta idea en la mente, Lee decide, después de Chancellorsville, invadir de nuevo la Unión. El 15 de junio de 1863 cruza el río Potomac y penetra en Maryland por segunda vez. El 28 de junio se halla en Pennsylvania centromeridional. El 30 de junio, contingentes de los ejércitos enfrentados se encuentran en las proximidades de Gettysburg, más o menos por casualidad.

Como van acudiendo a los alrededores de Gettysburg más y más unidades, se desarrolla una batalla de tres días de duración -batalla de Gettysburg-, la mayor de cuantas se han librado en el ?Hemisferio occidental. La batalla de Gettysburg es una clara victoria de la Unión. LEE es finalmente derrotado, y esta derrota marca el punto de inflexión de la guerra en favor de los unionistas. El mismo día 4 ?de julio de 1863, mientras LEE se retira, Grant toma Vícksburg, con lo que todo el curso del río Mississippi pasa a manos unionistas.

El 3 de octubre de 1863, el Presidente ABRAHAM LINCOLN declara que la fiesta del Día de Acción de Gracias se celebrará como fiesta nacional de los EEUU.: «anunciado en las Sagradas Escrituras y confirmado a través de la historia, que aquellas naciones que tiene al Señor como su Dios, son bendecidas. Pero nosotros nos hemos olvidado de Dios. Nos hemos olvidado de la mano que nos preserva en paz, nos multiplica, enriquece y fortalece. Vanamente nos hemos imaginado, por medio del engaño de nuestros corazones, que todas éstas bendiciones fueron producidas por alguna sabiduría superior y por nuestra virtuosidad. Me ha parecido, apropiado que Dios sea solemne, reverente y agradecidamente reconocido como en un corazón y una voz, por todos los americanos».

Abraham Lincoln pronuncia su célebre discurso en el cementerio nacional de Gettysburg («[…] hemos resuelto que los muertos no hayan muerto en vano, que esta nación, bajo el imperio de Dios, tendrá un renacimiento en libertad […]»).

Comienza la batalla de Chattanooga durante la guerra de Secesión estadounidense. El nudo ferroviario de esa ciudad es finalmente tomado por el general Grant, lo que decidirá el curso de la contienda.

A finales de 1863, la Confederación se halla arrinconada en los estados de la costa Sudeste, y el bloqueo la ha reducido prácticamente a pasar hambre. Los únicos éxitos se limitan a las acciones de corso, utilizando los excelentes barcos construidos en Gran Bretaña antes de que los EEUU. amenazaran con la guerra, y con ello pusieran fin a la entrega de más unidades. El más importante de dichos buques es el Alabama, al mando de Raplíael Semmes (1809-1877), que sigue navegando a fines de 1863. Estos barcos causarán un formidable trastorno a la navegación norteamericana.