Es asesinada HIPATIA, filósofa y maestra neoplatónica griega, natural de Egipto, que destacó en los campos de las matemáticas y la astronomía, miembro y cabeza de la Escuela neoplatónica de Alejandría. Seguidora de Plotino, cultivó los estudios lógicos y las ciencias exactas, llevando una vida ascética. Educó a una selecta escuela de aristócratas cristianos y paganos que ocuparon altos cargos, entre los que destacan el obispo SINESIO de Cirene —que mantuvo una importante correspondencia con ella—, HESIQUIO de Alejandría y ORESTES, prefecto de Egipto en el momento de su muerte. Hija y discípula del astrónomo Teón, HIPATIA es la primera mujer matemática de la que se tiene conocimiento razonablemente seguro y detallado. Escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, mejoró el diseño de los primitivos astrolabios —instrumentos para determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste— e inventó un densímetro.
HIPATIA
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HIPATIA muere a una edad avanzada, linchada por una turba de cristianos.
HIPATIA muere a una edad avanzada, 45 ó 60 años (dependiendo de cuál sea su fecha correcta de nacimiento), linchada por una turba de cristianos. Su asesinato se produce en el marco de la hostilidad cristiana contra el declinante paganismo y las luchas políticas entre las distintas facciones de la Iglesia, el patriarcado alejandrino y el poder imperial, representado en Egipto por el prefecto ORESTES, ex alumno de la filósofa. Sócrates Escolástico, el historiador más cercano a los hechos, afirma que la muerte de HIPATIA fue causa de «no poco oprobio» para el patriarca CIRILO y la iglesia de Alejandría, y fuentes posteriores, tanto paganas como cristianas, le achacarán directamente el crimen, por lo que muchos historiadores considerarán probada o muy probable la implicación de CIRILO. Este debate, sin embargo, seguirá abierto durante muchos años.
La figura de HIPATIA se convertirá en un verdadero mito.
El carácter singular de HIPATIA como mujer entregada al pensamiento y la enseñanza en plena tardo antigüedad, su fidelidad al paganismo en el momento de auge del catolicismo teodosiano como nueva religión del Estado romano, y su muerte a manos de cristianos le conferirán gran fama. La figura de HIPATIA se convertirá en un verdadero mito: desde la época de la Ilustración se la presentará como a una «mártir de la ciencia» y símbolo del fin del pensamiento clásico ante el avance del Cristianismo. No obstante, en la actualidad se destaca que su asesinato fue un caso excepcional y que, de hecho, la escuela neoplatónica alejandrina, progresivamente cristianizada, florecerá hasta pleno siglo VII. Por su parte, los movimientos feministas la han reivindicado como paradigma de mujer liberada, incluso sexualmente, aunque, según la Suda, estuvo casada con otro filósofo —llamado Isidoro— y se mantuvo virgen. Según las fuentes, HIPATIA enseñaba a sus discípulos en su propia casa.