En la fecha, ABD EL KRIM derrota a los españoles en Igueriben. Sólo sobreviven 12 hombres de un total de 271. SILVESTRE concentra todas las tropas en Annual (a 80 km de Melilla).

En la fecha, el triunfo de los marroquíes en la batalla de Annual da a Abd-el-Krim el espaldarazo como cabecilla de su tribu. Decide atacar también el territorio del protectorado francés con el ánimo de ampliar sus territorios.

En la fecha se produce el «Desastre de Annual». Una columna del ejército se ha internado en territorio marroquí para extender la zona de influencia, española y se encuentra rodeada sin posibilidad de ser socorrida. Se produce una gran matanza y los que consiguen huir se refugian en Melilla. La guerra, que, ya de por sí, era tremendamente impopular, aviva las protestas en la tensa situación política que está atravesando el país y rápidamente se exige el esclarecimiento de las responsabilidades por el desastre marroquí. Entre los muertos figura el general SILVESTRE. El «Plan Alhucemas» se ha venido estrepitosa y sangrientamente abajo. El «Desastre de Annual» es el más grande de toda la historia colonial de España. En total, según el informe final de Las Cortes, 13.192 muertos.

En Marruecos, el resto del ejército español se refugia en el Monte Arruit, cerca de la plaza de Melilla. Pero siendo atacado y cercado por los cabileños, capitula. Entrega a los asaltantes armas y posiciones. Desarmada la guarnición, los moros encierran a sus oficiales como rehenes y pasan a cuchillo a los soldados, organizando una carnicería espantosa. Este día haciago España pierde 12.981 hombres y más de 14.000 armas y pìezas de artillería.»Desastre de Monte Arruit». La derrota conmociona intensamente a la sociedad de la época y la batalla política sobre la responsabilidad de los hechos afecta la figura de ALFONSO XIII.

Tras el desastre de Annual, el ejército español empieza a considerar la posibilidad de usar gases tóxicos contra los rebeldes del Rif. Gas que se comprará al año siguiente.

La contraofensiva iniciada por las tropas españolas en setiembre de 1921, consigue restablecer muy pronto (11/1921) la situación anterior. Penosamente se reconquista parte del territorio. En estas operaciones destaca Francisco FRANCO.

Para establecer responsabilidades ante los últimos acontecimientos en Marruecos y esclarecer la culpabilidad del desastre, las Cortes designan al general Picasso para que abra un expediente: el «Expediente Picasso». Todo ello abre nuevas heridas. Aunque en un principio se excluye de la investigación al Alto Comisario, BERENGUER, finalmente es condenado y destituido. Queda como tarea pendiente el rescate de los prisioneros y el esclarecimiento de las definitivas responsabilidades, lo cual agriará las relaciones entre determinados políticos y la mayoría de los militares. A pesar de las limitaciones que se han impuesto en la Información de los sucesos acaecidos, el expediente demuestra el estado de Indisciplina y corrupción reinante en una parte de la oficialidad del ejército destacado en Marruecos, más atenta a su lucro personal que a sus obligaciones castrenses.

Sin embargo, después del desastre, el restablecimiento de la situación militar no fue una empresa demasiado difícil. La rápida llegada de los refuerzos desde la Península permitió que en octubre de 1921 se recuperara la línea del año 1909 en la zona de Melilla. El inconveniente fue que debió emplearse una elevadísima cantidad de hombres con los gastos consiguientes. Desde el punto de vista militar, las consecuencias del desastre fueron varias. En primer lugar, se pasó del deseo de lograr una sumisión a base del empleo discreto de la fuerza a una resistencia a utilizar esta última. Eso tuvo como consecuencia el deseo, expresado por muchos de los dirigentes políticos, de llegar a un protectorado civil, lo que indicaba la voluntad de evitar la confrontación militar.

A comienzos del año 1923 la situación en la Yebala (es decir, el Este del Protectorado) era la misma que antes de producirse el desastre, aunque a costa de una presencia muy numerosa de tropas españolas.

En febrero de 1923 por vez primera un civil, Luis Silvela, se hace cargo del Alto Comisariado español en Marruecos.