El territorio del norte de África pronto pierde el control del distante Califato Abbasí de Bagdad bajo el poder de MULAY IDRIS I, fundador de la de los Idrisíes en el año 789. En efecto, Marruecos reafirma muy pronto su identidad distintiva con MULAY IDRIS I y MULAY IDRIS II (789-926), fundadores, en la fecha, de una serie de dinastías marroquíes que unifica a los bereberes a pesar de mantenerse fieles a su tradición tribal. Desde el advenimiento de los idrisíes hasta 1912, estas diversas dinastías gobernarán el territorio de Marruecos desde capitales como Fez, Marrakech, Meknès y, en ocasiones, Rabat.
Marruecos reafirma muy pronto su identidad distintiva con MULAY IDRIS y MULAY IDRIS II.
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