Wellesley, no desempeña por mucho tiempo su cargo de primer ministro, pues dimite en noviembre de 1830 por su oposición a una mayor representación del pueblo en el Parlamento británico. Y sin embargo, durante esa jefatura política, en contra de su voluntad pero en interés de la nación, que él siempre antepuso a su ideología, se aprueba la llamada Ley de Emancipación por la que los británicos recuperan todos sus derechos civiles. Posterionnente, siendo secretario del Foreíng Office, en 1834, tendrá la iniciativa de poner en práctica el Convenío de Elliot que humanizará la cruenta guerra civil en España entre carlistas y liberales. En 1846, ya con 77 años, recuperará la jefatura del Ejército, que conservará hasta su muerte.

Las expediciones británicas han combatido a los ashanti a partir de 1824. Hasta 1831 Gran Bretaña no ha tenido la seguridad de dominar por completo la costa, que habrá de conocerse como «Costa de Oro».

Como las leyes de la época no están preparadas para la eventual subida al trono de un infante, se promulga la Ley de Regencia de 1831, en la cual se estipula que la duquesa de Kent, madre de VICTORIA, será la Regente del reino durante la minoría de edad de la reina.

En Gran Bretaña se precisa extender el derecho de voto a las clases medias. Los representantes debían ser distribuidos más uniformemente entre la población. Como es natural, una vez en el Parlamento, esos representantes no veían la necesidad de cambiar una situación que les beneficiaba. Pero el pueblo británico ansiaba las reformas. Por ello, cuando la ley que iba a implantarlas no prospera, el 22 de marzo de 1831, el conde de Grey opta por disolver la Cámara, a fin de que se convoquen nuevas elecciones.

Pese a la limitación del derecho de sufragio, los whigs (liberales británicos) vuelven a ganar, y por un margen más amplio que en las anteriores elecciones. De este modo, se aprueba una segunda ley de reforma. Pero si la Cámara de los Comunes la acepta, la Cámara de los Lores, cuyos miembros no son elegidos y, por tanto, no dependen de la opinión pública, la rechazan el 8 de octubre de 1831.

El padre de DARWIN es convencido por su cuñado para que permita a su hijo embarcarse en un viaje que se planea en principio para dos años. Así Charles DARWIN, en la fecha, se embarca en el «Beagle» del capitán Fitz Roy en 1831 y dará la vuelta al mundo, durante cinco años, con paradas esenciales en Suramérica y el Pacífico. Al agudo observador que es DARWIN no se le escapa que las especies mutan adaptándose a los diferentes hábitats y que, en esa evolución, está la clave del desarrollo de las diferentes formas de vida sobre la tierra. Su teoría de la evolución de las especies trastocará fundamentos científicos y bases teológicas y provocará la mayor de las convulsiones y las más encendidas polémicas.

El claro rechazo a seguir la obvia voluntad del pueblo produce motines y conmociones. Se propone, en consecuencia, una tercera ley de reforma del sistema de elecciones. En la fecha, la Cámara de los Comunes la aprueba con más amplia mayoría que la que tuvo antes, pero la Cámara de los Lores se opone, y los desórdenes aumentan hasta el punto de que es fácil imaginar que la nación se halla al borde de la revolución. El conde de Gray se presenta ante Guillermo IV y le pide que nombre a nuevos pares que acepten apoyar la ley, al menos en número suficiente para que la Cámara de los Lores de su aprobación. El rey se niega. Entonces el conde de Grey amenaza con dimitir, y el monarca comprende que no encontrará a ningún tory capaz de formar un gabinete que garantice el voto negativo de la Cámara de los Comunes. Así, pues, el rey ha de ceder, pero sin nombrar pares. En lugar de ello, convence a los ya nombrados para que desistan de su oposición, y la ley de reforma entrará, de este modo en vigor, el 4 de junio de 1832.

Como resultado de la incansable lucha de William Wilberforce durante medio siglo, Gran Bretaña abolió la esclavitud en sus posesiones el 23 de agosto de 1833, menos de un mes después de la muerte de Wilberforce a la edad de 73 años. La medida se tomó de manera razonable, por etapas, y con compensaciones a los propietarios de esclavos. Esta afortunada resolución del problema fue una lección perdida para los Estados Unidos.

El fuego consume en 1834 el palacio de W estminster, la sede del Parlamento británico. A continuación se abre un concurso para reconstruirlo. La propuesta ganadora, presentada por sir Charles Barry, consiste en un palacio de estilo gótico con una imponente torre del reloj de base cuadrada. Para coronarla, el Ministerio de Obras encargará «un majestuoso reloj, el más grande del mundo». Con su característica tonada, mundialmente conocida, el reloj se convertirá en uno de los iconos más famosos de Londres. Aunque en principio solo la campana mayor se llamará Big Ben, posteriormente el nombre designará a todo el reloj.

El conde de Grey dimite el 9 de julio de 1834, pero el movimiento reformista continúa, y los términos «whig» y «tory» dan ahora paso a los mucho más explícitos de «liberal» y «conservador». Hay intentos de suavizar las condiciones, muy duras, de los que se han empobrecido y son incapaces de sostenerse por sí mismos. También se procura reformar las administraciones locales en la misma medida en que se ha modificado el gobierno nacional (leyes para permitir el matrimonio civil, etcétera).