La FET está aumentando el número de sus miembros de manera que alcanza 932.000 en 1942, el máximo que tendrá en su historia. Para prosperar profesional o económicamente, muchos hombres en edad activa consideran que es una necesidad hacerse miembro. La FET es responsable del adoctrinamiento de la población española y, al principio, de la infraestructura política del nuevo sistema, aunque la mayoría de los afiliados es pasiva y raramente se moviliza. Cuando cientos de camisas viejas (o sea, miembro de la Falange desde antes de la Guerra Civil) se dan cuenta de que la nueva España no es el sistema sindicalista dinámico y revolucionario que esperaban, abandonan la participación activa. Se hace cierto esfuerzo, sin embargo, en las ciudades más grandes, para crear una red de jefes de bloque falangistas a imitación de la Alemania nazi y de la Unión Soviética, pero la estrategia durará poco. En general, la administración de la FET estará satisfecha con una base militante numerosa pero poco activa.

No sería excesivo afirmar que la guerra civil española es la experiencia más traumática por la que ha tenido que pasar la Iglesia católica en un país de Europa occidental en la Edad Contemporánea. La persecución de la religión y del clero en la zona republicana sólo es igualada, o quizá sobrepasada, por la que ejercieron los comunistas durante la Revolución Rusa. Para los nacionales, sin embargo, la religión es un apoyo -algunos sostienen que el más fuerte- y una motivación durante todo el conflicto. Por tanto, el triunfo de éstos es, mutatis mutandis, un triunfo del catolicismo, que preside un resurgir religioso de características casi fundamentalistas, sin parangón en cualquier otro país occidental europeo. Los años 40 traen consigo una vuelta a muchos aspectos de la vida religiosa. El número de personas que asiste a misa aumenta, se reconstruyen muchos edificios religiosos y suben todos los índices relacionados con la práctica religiosa. En 1942 están en pleno apogeo las nuevas misiones populares dedicadas a la cristianización masiva, que continuarán funcionando durante más de una década.

En España, a lo largo de 1942 se diseñan varias estrategias para movilizar a los falangistas radicales contra la política actual del Gobierno español e, incluso, contra el propio FRANCO. Los autores no son los diplomáticos alemanes regulares, sino los líderes del Partido Nazi en Madrid -y a veces en Berlín-. Las altas autoridades alemanas, como Hitler y Ribbentrop, no se dejan engañar por estas maniobras, ya que son muy conscientes de que la debilitada FET apenas tiene el poder suficiente para reemplazar a FRANCO. Éste resuelve la situación con su peculiar astucia política.

Entrevista Franco-Oliveira Salazar, que pone las bases de lo que más adelante se llamará Bloque Ibérico. La fuerte relación lusa con el Reino Unido ayudó a desenganchar el régimen franquista del Eje.

Dolores Ibárruri -La Pasionaria- se ha distinguido en la Guerra Civil española por su activa propaganda a favor de la República. Al término de la guerra, en 1939, tiene que exiliarse y en 1942, el 22 de marzo, al fallecer José Díaz, es elegida secretaria general del partido comunista español. Al parecer, el fallecido José Díaz, le ha echado en cara a Dolores vivir a todo lujo con su amante mientras su marido expone la vida en el frente. En la fecha, José Díaz, exiliado e internado en un sanatorio de Crimea, cae por una ventana. La Pasionaria dirá que aquella defenestración ha sido un suicidio. Enrique Castro Delgado y Jesús Hernández, destacados comunistas, hablarán de un evidente homicidio político instigado por la Ibárruri y llevado a cabo por esbirros estalinistas.

La necesidad de soportes exteriores hace que el régimen franquista vaya adoptando pequeños cambios formales, que derivan hacia un sistema que será conocido como democracia orgánica. En la fecha, se crea un simulacro de Parlamento, las Cortes españolas, cuyos procuradores son elegidos por los «tercios» de familias, sindicatos y ayuntamientos.

Cuando en la primavera de 1942 tiene que salir el segundo envío para cubrir las bajas de la División Azul en el frente de Rusia, el número de voluntarios ha descendido notablemente, lo que lleva a tener que nutrirse de los soldados de reemplazo en servicio.

En España, la tensión política interna aumenta en 1942 y especialmente la rivalidad que siempre ha existido entre el Ejército y la FET. La reunión del gabinete del 4 de mayo de 1942 se convierte en una violenta sarta de recriminaciones entre falangistas y militares. Entretanto, la escalada de tensión y los cambios que ha habido en la situación internacional, anima a monárquicos alfonsinos y carlistas a tomar mayor acción política. El resultado será el estallido de enfrentamientos públicos entre jóvenes monárquicos y falangistas en Madrid y en otra ciudades entre la primavera y el verano de este año.

Las deudas de guerra contraídas con Italia y Alemania son una carga muy pesada para España. A Italia se le deben más de 7.000 millones de liras. Pero MUSSOLINI la reduce generosamente a 5.000 millones con la intención de facilitar la entrada económica de Italia en España. Después de largas y duras negociaciones, se establece un calendario de pagos que debe empezar a mediados de 1942 (se saldará a tiempo el 30 junio de 1967). El Gobierno de Hitler es menos generoso. Ya tiene 17 compañías mineras mayoritariamente alemanas en España, fundadas después de haber obligado a Franco a hacer concesiones en 1938, y ha dejado clara su intención de establecer una posición económica dominante. Por todo ello, el Régimen español no acepta más cpmpromisos y procura bloquear futuras inversiones económicas. La negociación de la deuda se alargará durante los años de la II Guerra Mundial y se harán muy pocos pagos de su deuda antes de que Madrid cancele unilateralmente la obligación en 1945.

La innovación institucional más sobresaliente que hace el Régimen de FRANCO es la instauración de unas Cortes corporativas. Antes de esta fecha la estructura del Gobierno de FRANCO es la más arbitraria del mundo. Stalin y Hitler hicieron el esfuerzo de mantener unos parlamentos ficticios y carentes de poder, pero en España no hay ni eso. El 17 de junio de 1942 se promulga una ley que anuncia la idea de unas Cortes corporativas, una especie de reencarnación de la Asamblea Nacional de Primo de Rivera pero con una base permanente. En esto, como en todos los cambios, el Régimen se toma su tiempo. Las funciones de las Cortes serán más técnicas que políticas. Será una fuerza de legitimación y apoyo y, en teoría, tendrá el derecho a aprobar la legislación que presente el Gobierno.