En Valencia, después que NAPOLEÓN eligiera a su hermano JOSÉ rey de España después de la abdicación de los Borbones con Carlos IV a la cabeza, el pueblo se echa a la calle el 23 de mayo de 1803 y en el imaginario colectivo han quedado figuras como «El Palleter», vendedor de las aristas de cáñamo para encender el fuego del hogar. Su nombre es Vicente Doménech y es el primero que insta a los valencianos a levantarse contra los franceses. Alzando una faja roja con la incrustación de la Virgen de los Desamparados, declara la guerra a Francia. Ese día se constituye la junta de Valencia, a la que siguen la de Alicante, Castellón y otros núcleos, a pesar de que gran parte del reino capitula ante el mariscal Suchet. Comienza la transformación política y el inicio de una sociedad controlada por la burguesía, con la eliminación de las normas y costumbres feudales.

Insurrección en Cádiz y linchamiento del capitán general.

Los afrancesados catalanes, entre los cuales destacan las figuras de Tomàs Puig, Antoni Ferrater y Juan Madinaveytia, han apoyado a las autoridades francesas cuando éstas han ocupado militarmente el territorio del Principado. Los afrancesados ideológicos lo son por convicción. Muy influidos por las ideas de renovación de la Ilustración, creen que las reformas que introduciría la Francia de Napoleón beneficiaría al conjunto del país. Otros catalanes, sobre todo los funcionarios, colaboran a la fuerza con los franceses, puesto que tienen miedo de las represalias. Un tercer grupo de afrancesados lo representaban los «caragirats», hombres sin escrúpulos que se ponen al servicio del francés por dinero. El «caragirat» más famoso de la Guerra del Francés será el traginer de la Fraga Josep Pujol, por mote Boquica.

Al colaborar con los franceses las principales instituciones políticas de la monarquia, y tras el vacío de poder creado al abdicar los reyes españoles en favor de NAPOLEÓN, se abre un proceso revolucionario con la creación de las Juntas, organizaciones surgidas espontáneamente en numerosas localidades que se adueñan del poder para defender la independencia de la nación. Esta Juntas se adaptan a las regiones naturales e históricas, y sus miembros pertenecen por lo común a la burguesía local.

El 5 de junio de 1808, los gremios de la ciudad de Girona encabezan la demanda popular dirigida a las autoridades contra los invasores, como han hecho otras ciudades catalanas. El gobernador, el general Mendoza, es destituido por las nuevas autoridades. La situación estratégica de Girona, ubicada en el camino de Barcelona a Francia, la convierte en objetivo militar. Los franceses la sitiarán en tres ocasiones, dos en 1808 y una en 1809.

NAPOLEÓN, en la fecha, proclama rey de España y de las Indias, a su hermano mayor JOSÉ como JOSÉ I, cargo que jura poco tiempo después ante una Asamblea de Notables reunida en Bayona. JOSÉ I que hasta entonces había sido rey de Nápoles, no tendrá gran aceptación, pese a ser reconocido por las Cortes de Castilla. Popularmente se le conocerá como el «rey intruso», como «Pepe Botella» y también como «Pepe plazuelas». Conservará la corona hasta el 11/12/1813. Joaquín Murat sustituirá el día 15 a José Bonaparte en el trono de Nápoles.

El levantamiento del pueblo español contra el rey intruso, José Bonaparte, tiene un efecto favorable en las colonias. En efecto, siguen movimientos de adhesión y solidaridad a España y a Fernando VII, legitimo heredero de la corona, constiyéndose las juntas de gobierno de 1808, que años después tomarán un nuevo giro a favor de la independencia, tornándose para España en imposible control. Entre los patriotas, es decir entre criollos y mestizos principalmente surge también como es de esperar un franco y enérgico rechazo a la invasión extranjera así como repudio al nuevo soberano. Pero tal acontecimiento ha contribuido, asimismo, a estimular el sentimiento autonomista de las colonias; a la par que reconocen a la junta central de Madrid como gobierno legitimo de España, adoptan en cambio una actitud de rebeldía en los virreinatos. Ello originará precisamente el establecimiento de las juntas de gobierno en América colonial las mismas que no obstante asumir el gobierno de sus países o localidades mayormente en nombre de Fernando VII, abrigan, en cambio un definido espíritu separatista, unánime en el propósito emancipador.

En Catalunya se producen algunas victorias aisladas contra los franceses. Una columna de tropas francesas dirigidas por el brigadier Schwartz, que, en la fecha, se dirigía a Lleida, es duramente batida en el Bruc, por los somatenes de los pueblos vecinos, sin permitirles el paso.

La escuadra francesa de Rosily que se encuentra fondeada en Cádiz es atacada y vencida por la armada española

En Catalunya, las partidas de hombres armados, denominados guerrilleros, y el sometent de las villas rurales logran un protagonismo especial en la lucha contra los invasores, que nunca tendrán un control absoluto del Principado, especialmente de los caminos. Los guerrilleros atacan los transportes e interceptan las comunicaciones, debilitando la capacidad de actuación de los franceses, que deben destinar un elevado número de soldados a las guarniciones y a la protección de los convoyes. En Esparraguera, el 14 de junio, los franceses dirigidos por el general Chabran, son detenidos por una mezcla de mercenarios suizos, guardias valones, militares españoles que han huído de la guarnición de Barcelona y somatenes de Manresa, Igualada y otras poblaciones vecinas. También de manera similar sucede en el Ordal, con una columna que se dirige a Tarragona. Pero el ejército francés es mucho más fuerte y conseguirá afianzarse en las ciudades y pueblos más importantes. Las milicias catalanas contribuyen tanto, por lo menos, como el ejército regular, a la defensa de Catalunya.