La iniciativa del barón de Cubertin de poner nuevamente en marcha los Juegos Olímpicos es tomada al principio con escepticismo, lo que no evita que vuelva a intentarlo dos años después, esa vez durante una reunión de intelectuales y sociedades deportivas europeas promovida por él y que en los anales del olimpismo será conocida como el Congreso de la Sorbona. Un total de 79 delegados de 49 asociaciones deportivas de doce países -entre ellos, España- acuden al reclamo. La asamblea, que se celebra el 23 de junio de 1894, aprueba la realización de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna.

El presidente de la República de Francia, Sadi Carnot es asesinado en Lyon el 24 de junio de 1894 por el anarquista de origen italiano Caserio. El anarquismo está en auge pero se ha vuelto violento, y la década de 1890 es tiempo de terrorismo. Las explosiones y los asesinatos son corrientes, y por entonces se acuña el estereotipo del anarquista barbudo, de mirada siniestra y sosteniendo una bomba (con la mecha ya prendida). En un ámbito más tranquilo, se incrementa la influencia del socialismo y de los sindicatos. Se discute la posibilidad de huelgas generales, o sea paros generalizados de trabajo que, en teoría, aceleraran la caída de un gobierno represivo más eficazmente que los asesinatos aislados. (Pero en la práctica resulta muy difícil organizar una huelga general, y cuando se emprende alguna, suele suscitar un gran sentimiento antiobrero. Casi nunca surte los efectos deseados, a menos que el gobierno ya esté en sus últimos respiros).

En Francia, a Carnot le sucede como Presidente de la República, Jean-Paul Perier, quien casi de inmediato se verá enredado en el «caso Dreyfus”.

El denominado Caso Dreyfus inicia el 26 de septiembre de 1894 cuando Madame Bastian, una analfabeta que realiza servicios domésticos en la embajada alemana en París, pero que cobra también de los servicios secretos franceses, encuentra un papel con unas líneas. Como todos los papeles que encuentra, lo guarda y se lo da a su espía jefe. Ese papel, que pasa a ser conocido como el ‘bordereau’ indica que existe un militar galo que conoce ciertos manejos importantes, aunque no tantos, que trabaja para los alemanes. Los responsables de la investigación resuelven pronto las cosas. Dentro de los que pueden saber lo que se dice en el ‘bordereau’ hay un capitán judío, Alfred Dreyfus, que para colmo ha nacido en Alsacia, 35 años atrás, cuando esa zona aún pertenecía a Francia, antes de ser anexada a Prusia, y luego al II Reich, tras la derrota gala en la guerra de 1871. Sólo le falta ser izquierdista para completar todo el espectro infeccioso contra el que prepara su vademécum la derecha de ese país, sobre todo la de corte más autoritario.

En la fecha, un tribunal militar condena a cadena perpetua al oficial del Ejército francés de origen judío, Alfred Dreyfus, acusado de espionaje en favor de Alemania.

En la fecha, el capitán francés Alfred Dreyfus, acusado de alta traición y espionaje para Alemania, es degradado por un tribunal militar. La única evidencia en su contra es un trozo de papel manuscrito dirigido al mayor Max von Schwartzkoppen -agregado militar alemán en París- encontrado en un tacho de basura y cuya caligrafía apenas se asemeja a la de Dreyfus. Dreyfus es hijo de un rico fabricante judío de Alsacia, y está casado con la hija de un diamantista de París. Tanto su posición económica como su ascendencia avivan una violenta campaña de nacionalismo antisemita en gran parte de la prensa, que llega a formular toda una teoría sobre un complot judeo-alemán contra Francia. Durante el juicio público, la muchedumbre, incitada por la prensa anti-semita, hostiga a Dreyfus con gritos e insultos.

El 17 de enero de 1895 dimite en Francia, Jean-Paul Perier que vuelve a sus negocios que, en cualquier caso, le han convertido en un hombre muy rico. Le sucede François-Félix Faure, cuya existencia también estará amargada por el caso Dreyfus.

El capitán francés Alfred Dreyfus es transferido a la Isla del Demonio en la Guyana Francesa y es puesto en una celda, solo.

Fallece en Garches LUIS PASTEUR que había nacido en Dole el 27 de diciembre de 1822. De humilde familia, sus padres, a costa de grandes sacrificios, le hacen estudiar, graduándose de bachiller en letras, aunque su verdadera vocación es el estudio de las matemáticas y de la química. Lentamente, pero con seguridad, va progresando en su carrera, llegando al doctorado en ciencias y a desempeñar una cátedra en el instituto de Dijon, siendo nombrado después profesor de quimica en Estrasburgo, trasladándose a París en 1857. Su vida estará jalonada por una serie de descubrimientos científicos, entre los que descollará el del microbio de la rabia que le valdrá el reconocimiento de todo el mundo y a causa del cual el zar de Rusia querrá felicitarle personalmente.

El art nuveau nace en una tienda. En la fecha, el marchante Siegfried Bing abre en la parisina calle Provence su nueva galería, llamada L’Art Nouveau porque en ella queire exhibir el arte nuevo, obras que no estuvieran inspiradas en el pasado sino en marcadas preferencias personales. «L’Art Nouveau se eforzará por eliminar lo feo y lopretencioso de cuanto actualmente nos rodea, a fin de dotar de un gusto perfecto, de encanto y de belleza natural a los objetos utilitarios más nimios». La tienda no logrará del todo tan ambicioso objetivo, pero en los diez años que estará abierta dará nombre a un movimiento artístico que unió artesanía y arte en pos de la armonía. Un movimiento influido por el arte japonés y sus motivos cotidianos convertidos en temas artísticos, y que se caracterizará por líneas sinuosas y motivos naturales, pero que abarcará muy variados estilos.