El avance de los rebeldes en Haití ha conseguido que, por primera vez, los mediadores internacionales se planteen la posibilidad de hacer que Aristide abandone la presidencia del país. Mientras los rebeldes controlan casi la mitad del país, incluida la segunda ciudad, Cabo Haitiano, los mediadores de la misión internacional han comunicado al presidente Aristide que tiene que decidir antes de las 22.00 horas GMT (23.00 hora española) si comparte el poder con los grupos opositores. Si no lo hace, se plantearán su salida de la presidencia. Los rebeldes han llegado a Cabo Haitiano (norte) desde su bastión de Trou du Nord, han tomado el aeropuerto en la mañana del domingo y luego se han dirigido al centro de la ciudad, según informan los testigos.

Jean-Bertrand Aristide, presidente de Haití, dimite de su cargo e inicia un segundo exilio a Sudáfrica -él gustará decir que ha sido secuestrado por los EEUU.- pero vivirá a cuerpo de rey y gozará de privilegios propios de un misnistro. No es un decir. Dispone de coche de lujo con chófer, guardaespaldas, oficina, dos secretarias y equipo de mantenimiento en el hogar. Y sin rascarse el bolsillo. El Gobierno de Sudáfrica, antes con Mbeki y ahora con Zuma, paga las facturas del sacerdote haitiano, su mujer y sus dos hijas. El jefe rebelde, Guy Philippe, acata la autoridad del presidente provisional Boniface Alexandre, a quien reconoce como Jefe de Estado, y ordena detener los combates. Cinco horas después del arribo de grupos rebeldes a Puerto Príncipe, los primeros infantes de marina de un contingente de 300 enviados por EEUU. llegan a Haití para restablecer el orden.

El jefe rebelde Guy Philippe se proclama jefe militar de Haití, añadiendo más confusión e incertidumbre al futuro del país. Cientos de insurrectos y ex militares han viajado a Puerto Príncipe con la intención de reconstituir el ejército haitiano, que en 1995 fue disuelto por el hoy derrocado presidente Aristide. El desorden y el vacío de poder se han apoderado de Haití, donde en las últimas 24 horas han sido asesinadas al menos diez personas, mientras las fuerzas rebeldes toman ventaja ante la caótica situación.

Consultado sobre las denuncias de que fue secuestrado, el ex presidente haitiano ha respondido desde la capital de la República Centroafricana que como dije antes se trató de un golpe de estado moderno, con un secuestro moderno. La dimisión obligada del presidente democráticamente electo de Haití, Jean-Bertrand Aristide, se ha producido después de tres semanas de rebelión armada y presiones de la Administración Bush, demasiado dispuesta a ignorar la legitimidad democrática, con el objetivo de permitir que se aparte a un líder que les desagrada y en el que no confía.

René Préval decide presentarse a las elecciones presidenciales de Haití de 2006 nuevamente pero por una nueva formación. Se trata del Partido Esperanza, que se aleja del partido de Aristide. Gana la primera vuelta con un 51,15% de los votos. Es declarado ganador de las elecciones presidenciales el 16 de febrero después de un acuerdo entre el gobierno interino y la Comisión Electoral, siendo investido el 14 de mayo de 2006. Préval es reelegido presidente para un mandato de cinco años. (Ocho de cada diez haitianos viven en pobreza extrema, con unos ingresos medios inferiores a dos euros al día.)

En los actos de celebración de la independencia de Haití, en enero de 2010 Préval promete unas elecciones imparciales el 28 de febrero de 2010, aunque no habla de la exclusión de quince grupos políticos. Los opositores acusan al consejo electoral designado por la presidencia de favorecer al nuevo Partido Unidad, de Préval.

Seismo en Puerto Príncipe, capital de Haití. Fueron siete grados en la escala de Richter, con epicentro a sólo 16 kilómetros de la capital y a sólo 10 kilómetros de profundidad, sacudiendo la capital de la nación más pobre del hemisferio occidental. El imponente palacio presidencial –testigo de mil tropelías de los sátrapas Duvalier– cayó como un castillo de naipes. Y cayeron miles y miles de humildes viviendas en una conurbación urbana en la que viven más de dos millones de personas. El seísmo se produjo a las 16,53 (hora haitiana), seguido de varias réplicas de fuerte magnitud que obligaron a los haitianos a dormir, sufrir y morir en la intemperie: no hay ambulancias, no hay hospitales, no hay equipos de rescate. Los rescates entre escombros se limitan a los brazos y la voluntad. El presidente de Haití, René Préval, habló en un primer momento de entre 30.000 a 50.000 muertos. A las pocas horas ya se hablaba de “más de 100.000”. El presidente Préval, que en el momento del seísmo no estaba en el palacio presidencial, recorrió Puerto Príncipe y calificó la situación de “Inimaginable… Hay que verlo para creerlo”. 222.570 será el número total de muertos, 310.928 el de heridos y 869 el de desaparecidos.