Por estos años, el poderío etrusco se expande a lo largo de la costa centrooccidental de Italia, y se va formando una unión poco estrecha de ciudades-estados, cada una de ellas gobernada por un rey. La mitología romana vincula el origen de Roma y de la institución monárquica al héroe troyano Eneas, quien, huyendo de la destrucción de su ciudad, navega hacia el Mediterráneo occidental hasta llegar a Italia. Allí funda la ciudad de Lavinio, y posteriormente su hijo Ascanio funda Alba Longa, de cuya familia real descienden los gemelos RÓMULO y REMO, los fundadores de Roma. Así, pues, en sus comienzos, Roma será una ciudad etrusca o, al menos, dominada por los etruscos. La civilización etrusca -desde el año 1.000 aC- fue la primera de la península italiana. Su lengua nunca ha sido descifrada y es poco lo que sabemos de ellos.
ROMA (MONARQUÍA) (753 aC- 509 aC)
Total de piezas: 18
La historia de los orígenes de Roma se pierde entre las brumas de la leyenda.
La historia de los orígenes de Roma se pierde entre las brumas de la leyenda. Sus humildes comienzos no debieron distinguirse mucho de los de tantas ciudades de la región del Lacio. Pero con el tiempo, los antiguos historiadores romanos pensaron que la ciudad escogida por los dioses para convertirse en dueña del mundo debía tener un origen heroico, que adornaron con infinidad de leyendas, muchas veces contradictorias entre sí, llenas de dioses y héroes mitológicos.
De hecho, para los modernos investigadores resulta difícil distinguir leyenda y realidad, porque a veces, inesperados descubrimientos arqueológicos sacan a la luz las huellas de personajes y sucesos que parecían meras invenciones legendarias.
Roma fue fundada, según la tradición, por dos hermanos gemelos, RÓMULO y REMO.
RÓMULO y REMO, acompañados de bandidos y vagabundos expulsados de sus propias ciudades, deciden -según la tradición- fundar un nuevo asentamiento junto al Tíber en el extremo meridional del país de los etruscos. Sin embargo, los dos hermanos no se ponen de acuerdo acerca del lugar donde han de levantar su ciudad. REMO prefiere el promontorio del Aventino, mientras que RÓMULO se inclina por la colina del Palatino. Así las cosas, deciden dejar su disputa al arbitrio de los dioses y -apostados cada uno en su colina-, se quedan esperando una señal de lo alto. El 21 de abril del año 753 aC, REMO contemplaba el limpio cielo primaveral desde la cima del Aventino cuando divisa seis enormes buitres sobre su colina. Lleno de euforia, echa a correr hacia RÓMULO, para anunciarle su victoria. Sin embargo, en ese mismo instante, una bandada de doce pájaros sobrevuela el Palatino. Seguro de su victoria, y sin esperar la llegada de su hermano, RÓMULO coge un arado y comienza a cavar el pomerium, el foso circular que fijará el límite sagrado de la nueva ciudad, prometiendo dar muerte a quien ose atravesarlo.
Rómulo da muerte a su hermano Remo. Los latinos de Roma raptan a las hijas de los sabinos.
REMO, enojado por su derrota, cruzó desafiante de un salto el foso del Palatino. Obligado por el juramento que acababa de pronunciar, RÓMULO dio muerte a su hermano, que fue el primero en pagar con su vida la violación de la frontera sagrada de Roma. Para poblar la ciudad recién creada, Rómulo aceptó todo tipo de prófugos, refugiados y desarraigados de las ciudades vecinas, de procedencia latina. La colonia estaba formada íntegramente por varones, pero para construir una ciudad se necesitaban también mujeres. Pusieron entonces sus ojos en las hijas de los sabinos, que habitaban la vecina colina del Quirinal. Para hacerse con ellas, los latinos organizaron una gran fiesta, con carreras de carros y banquetes, y cuando los sabinos se encontraban vencidos por los vapores del vino, raptaron a sus mujeres. Al regresar a sus casas y descubrir el engaño, los sabinos declararon de inmediato la guerra a los latinos.
Rómulo, primer rey de Roma. Comienza la cronología «anno urbis conditae».
Con la fundación de Roma en 21 de abril de 753 aC, comienza la cronología «anno urbis conditae» = «Año de la fundación de la ciudad» que coincide con el cuarto año de la Sexta Olimpíada. Es la fecha tradicional de la creación de Roma según nos cuenta el historiador Tito Livio. Roma es fundada al extremo occidental de una llanura volcánica, en la orilla izquierda del Tiber, siete colinas (Capitolio, Palatino, Aventino, Celio, Esquilino, Viminal y Quirinal) enmarcan la depresión (forum) que la ve nacer. Muy pronto, la aristocracia ocupará el Palatino. Durante más de doscientos años la ciudad será gobernada por reyes. El primero de ellos, es RÓMULO (753aC-715aC)
Antes de partir al campo de batalla, Rómulo encomienda la custodia de la ciudad a la joven Tarpeya.
Antes de partir al campo de batalla, Rómulo encomienda la custodia de la ciudad a la joven Tarpeya, pero ésta, enamorada en secreto del rey de los sabinos, o anhelando una recompensa, promete al monarca enemigo que le mostrará una vía oculta que conduce al Capitolio (donde está la fortaleza latina), a cambio de lo que él lleva en el brazo izquierdo, en alusión a un brazalete de oro del rey. En efecto, los sabinos alcanzan la ciudad gracias a las indicaciones de Tarpeya, pero en vez de entregarle su pulsera, el rey sabino ordena a sus hombres que aplaste a la traidora con sus escudos, que llevan, precisamente, en el brazo izquierdo. Otra versión de la leyenda cuenta que los romanos descubren su traición, y que la arrojan al vacío por un precipicio, que pasa a llamarse la roca Tarpeya, inaugurando así la costumbre de castigar a los traidores a la patria lanzándolos desde ese punto.
Las sabinas se interpusieron entre los contendientes, abrazándose al cuello de sus maridos
La ayuda de Tarpeya no evita que sabinos y latinos se enfrenten en el campo de batalla. En un momento del combate, en una célebre escena, múltiples veces representada en el arte, las sabinas se interponen entre los contendientes, abrazándose al cuello de sus maridos y familiares, para suplicarles que detengan la pelea. Pues si vencen los sabinos, ellas perderán a sus maridos, y si vencen los latinos tendrán que llorar la muerte de padres y hermanos. De modo que los contrincantes deponen las armas y firman la paz. Con esta leyenda ilustran los romanos que su ciudad ha nacido de la unión de dos pueblos: latinos y sabinos, a los que pronto se suma un tercer elemento: los etruscos, un pueblo muy avanzado, que puebla la actual Toscana y que posee importantes intereses comerciales en la región del Lacio.
NUMA POMPILIO (sabino) sucede a Rómulo como rey de Roma.
NUMA POMPILIO sucede a Rómulo como rey de Roma (715-673aC). El primer sucesor de Rómulo es NUMA POMPILIO, de origen sabino. Hombre severo y piadoso, será el fundador de la religión romana. NUMA POMPILIO enseña a los romanos la forma en la que deben rendir culto a sus dioses, establece el calendario sagrado e instituye las principales ceremonias religiosas, siguiendo las instrucciones que –según decía- cada noche le dictaba una ninfa llegada desde el Olimpo. Será, además, un rey pacífico. Durante todo su reinado el templo de Jano -que sólo se abría en tiempos de guerra- permanecerá cerrado, algo que sólo ocurrirá otras dos veces en la historia de Roma.
El primitivo calendario lunar romano, de origen bastante dudoso, consta de 10 meses.
El primitivo calendario lunar romano, de origen bastante dudoso, consta de 10 meses. El segundo rey legendario de Roma, NUMA POMPILIO, en 715 aC, lo reforma introduciendo dos meses nuevos: Januaris (enero) y Februaris (febrero), queda así un año de 12 meses lunares, unos de 23 días y otros de 30, con un desfase de once o doce días con respecto al año solar, pero no se modifican los nombres de los diez meses tradicionales. Posteriormente, se cambiarán el «quintilis» por «Julius» y el «sextilis» por «Augustus», pero quedarán «setiembre», «octubre», «noviembre» y «diciembre» que aunque su nombre indica que ocupan el lugar, 7º, 8º, 9º y 10º, de hecho, actualmente, después de añadidos Enero y Febrero ocupan los lugares, 9º,10º,11º y 12º.
En la antigua Roma cada primer día del mes se celebra una proclamación (calatio) ritual.
De «calendas», viene la palabra calendario. En la antigua Roma cada primer día del mes se celebra una proclamación (calatio) ritual. Este día, el pontífice menor, o bien el último en entrar a formar parte del colegio sacerdotal de los pontífices, sube al Capitolio y pronuncia una fórmula con la que anuncia los días que faltan para el día de las «nonas”o «idus» del mes en curso. De ahí proviene el nombre de «calendas» que recibe ese primer día del mes. Los 7 de los meses de marzo, mayo, julio y octubre y el 5 de los meses restantes se llaman «nonas» y el 15 de los cuatro meses citados y el 13 en los demás se llaman «idus». La ceremonia data de los tiempos en que el mes correspondía a un ciclo lunar y su principio era determinado por el novilunio. En el calendario romano se especifican las fechas indicando el número de días anteriores a las «nonas» o «idus» del mes en curso o anteriores a las «calendas» del mes siguiente. Las «calendas», pues, son del mundo romano. Cuando no se desea tratar sobre un tema, modernamente se dice que queda aplazado «a calendas grecas». Ya que las calendas griegas no existían, queda claro que lo que se quiere es no tratar ya sobre el tema.