Los timoreses de Timor Oriental, han vuelto hoy a las urnas para celebrar las primeras elecciones democráticas para elegir un Parlamento que tendrá que confeccionar la primera Constitución de un nuevo país: Timor Lorosae (Timor del Sol Naciente) con capital en Dili. Los policias y los cerca de 8.000 soldados de la Administración Transitoria de las Naciones Unidas para Timor Oriental (Untaet) vigilan para que el odio que hace dos años se extendió por el territorio no vuelva a convertirse en una matanza. El 10 de setiembre se sabrá el resultado. La formación de una Asamblea Constituyente es el paso previo para que los timoreses asuman el años próximo el poder político.

En Timor Oriental, un grupo de 591 antiguos soldados celebran en marzo de 2006 una huelga en protesta por sus condiciones laborales y posteriormente son despedidos. Las quejas se incrementan, los soldados, liderados por un comandante, Alfredo Reinado, acusan al Gobierno de nepotismo y jóvenes descontentos por la dura situación económica y laboral del país empiezan a unirse a las manifestaciones.

En Timor Oriental, unas cinco personas mueren durante las protestas violentas y miles de ciudadanos se refugian en las montañas.

Tras su anexión por parte de Indonesia en 1976, Timor Oriental es llamado Timor Timur o Tim-Tim. Yakarta lo considera la vigesimoséptima provincia del país, pero nunca es reconocida por las Naciones Unidas. Después de un acto de autodeterminación en 1999, en el que la población rechaza la oferta de autonomía dentro de Indonesia, Timor Oriental accede a la independencia en 2002. Así, Timor es una isla al sur del archipiélago Malayo, dividida entre el estado independiente de Timor Oriental, y Timor Occidental, que es parte de la provincia indonesia de Nusa Tenggara Oriental. El nombre es una variante de timur, palabra que en malayo significa «este», llamada así por estar localizada en el confín oriental de una cadena de islas.

Timor Oriental entra a formar parte de la ONU como estado miembro número 191. Elegirá ser designado con el antiguo nombre portugués de Timor Este.

En Timor Oriental, desde que en mayo el primer ministro Alkatiri despidiera a 591 soldados de un Ejército nacional que contaba con 1.400 individuos, Timor está hundida en una crisis política, social y humanitaria. Los soldados rebeldes protestaron por sentirse discriminados. Sus manifestaciones en las calles de Dili, la capital del país, se popularizaron y acabaron siendo tomadas por facciones enfrentadas de la policía y el Ejército, dejando al país prácticamente sin fuerzas de seguridad. El Gobierno tuvo que pedir ayuda a Australia, Nueva Zelanda, Malasia y Portugal, y dos años después de ver salir a los cascos azules de la ONU los timorenses tuvieron que ver entrar de nuevo a 2.500 soldados y policías internacionales. La presencia armada internacional no apagó la extrema violencia y el terror que había tomado de nuevo la ciudad y la dejó con 140.000 desplazados y al menos 21 muertos, la mayoría víctima de las balas de grupos de civiles armados. Los grupos de civiles asesinos podrían haber sido armados por el entonces ministro del Interior Rogerio Lobato, y según se sospecha por orden del primer ministro Alkatiri.

En Timor Oriental, esta semana, a pesar de que el Gobierno se ha comprometido a revisar la situación de los soldados, los enfrentamientos han empeorado con la muerte de una quincena de personas y hoy al menos nueve policías han muerto en un intercambio de disparos con un grupo de soldados en el centro de la capital, que ha causado una treintena de heridos. El Gobierno, desde que el primer ministro Alkatiri ha despedido al grupo de los 591 rebeldes y se ha quedado con un ejército de unos mil soldados, ha admitido, a través de su ministro de Exteriores, el Nobel de la Paz, José Ramos Horta, que no puede controlar la situación y pide apoyo internacional.

Una avanzadilla de tropas australianas ha aterrizado en Dili para ayudar a restablecer la paz en la capital de Timor Oriental.

El primer ministro Alkatiri recibe en Timor Oriental el apoyo del partido político que lidera, el Frente Revolucionario para la Liberación de Timor (Fretilin), que fue el ala política de la guerrilla de Gusmao durante los 24 años de lucha contra la ocupación indonesia, y asegura a la agencia portuguesa de noticias Lusa que no tiene ninguna intención de dimitir. Xanana Gusmao ha exigido a los miembros del Fretilin que elijan a un nuevo primer ministro.

El presidente de Timor Oriental, Xanana Gusmao, amenaza con presentar su renuncia si el primer ministro, Mari Alkatiri, no dimite de inmediato. Xanana, visto en la pequeña nación del Sudeste Asiático como un héroe nacional por haber liderado la lucha por la independencia respecto de Indonesia, chocó frontalmente con Alkatiri. El primer ministro, acusado de intentar crear un cuerpo armado de civiles para asesinar a sus rivales, se negó a presentar la dimisión y su negativa obligó a Gusmao a anunciar en un discurso a la nación que renunciará mañana (por hoy) “porque estoy avergonzado por todo lo ocurrido”