El 17 de marzo de 1790, la Asamblea decide que las propiedades eclesiásticas alienadas, valuadas en 400.000.000 de libras, deben ser vendidas a los municipios, los que a su vez deberán venderlas a compradores privados.
HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Concilio de Trento a Pío X (1545 - 1903)
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HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Concilio de Trento a Pío X (1545 - 1903)
Discurso de PÍO VI, en el que reprueba alguna de las medidas ya tomadas por la Asamblea Constituyente.
Discurso de PÍO VI, en la fecha, en el que reprueba alguna de las medidas ya tomadas por la Asamblea Constituyente. Los miembros de la Asamblea se enfurecen especialmente contra el clero después de este discurso y también por las noticias recibidas desde el Norte y Sur donde la justa insatisfacción de las conciencias Católicas ha provocado disturbios; particularmente la elección del Protestante Rabaut Saint-Etiene a la presidencia de la Asamblea Nacional ha generado conmoción en Toulouse y Nimes.
A pesar de la oposición del alto clero francés, la Asamblea inicia la discusión de la Constitución Civil del Clero.
A pesar de la oposición del alto clero francés, la Asamblea inicia la discusión de la Constitución Civil del Clero.
La mayoría del clero de Francia se niega a prestar juramento a una Constitución impía.
En Francia, los líderes revolucionarios son anticristianos. Han leído las obras de Voltaire y de los demás «filósofos ilustrados», así que, enseguida, se apresuran a abolir el cristianismo e introducir el culto de «la diosa Razón». Una actriz, representando a «la diosa» es entronizada en el altar mayor de la Catedral de Nótre-Dame… A pesar de todo, la Revolución no consigue su propósito, pues la mayoría del clero de Francia se niega a prestar juramento a una Constitución impía. Y, naturalmente, se desata la persecución sobre los no juramentados (refractarios). Miles de sacerdotes son encarcelados y desterrados. En un solo día, tres obispos y doscientos sacerdotes son asesinados en París… El paso siguiente será organizar una «Iglesia Constitucional», sometida a un gobierno ateo. La división entre Constitucionales y Refractarios -los que se han negado al juramento- se transmite a la misma población entre los seguidores de unos u otros.
La presión del nuevo régimen suscitan los mayores rencores entre los miembros de la aristocracia.
La presión del nuevo régimen sobre los propietarios de bienes raices, así como la abolición de los privilegios suscitan los mayores rencores entre los miembros de la aristocracia, que no acceden de buen grado a contemplar con impotencia el avance de la revolución. Es precisamente a raiz de la ruptura social provocada por el cisma religioso que el movimiento contra-revolucionario da explícitas señales de vida, atrayendo a su causa a masas ingentes de campesinos seguidores de los postulados contrarios al nuevo régimen, predicados por los sacerdores refractarios. Así, se procede a la movilización de contingentes armados y a la preparación de planes subversivos, cuyo objetivo inmediato es permitir la huida del rey y la consecución del apoyo de las potencias absolutistas.
Es aprobada por la Asamblea francesa, la Constitución Civil del Clero.
Es aprobada por la Asamblea francesa, la Constitución Civil del Clero. Comprende cuatro títulos: 1) Oficinas Eclesiásticas: Los límites diocesanos deben coincidir con los de los departamentos, por lo que se deben suprimir 57 sedes episcopales. El título de arzobispo es abolido. 2) Nombramientos al Beneficio: Los obispos deben ser designados por la Asamblea Electoral del departamento; deben ser investidos y consagrados por el metropolitano y prestar juramento de fidelidad a la nación, al Rey, a la Ley, y a la Constitución; no deben pedir ninguna confirmación al papa. Los párrocos deben ser electos por las asambleas electorales de los distritos. Por lo tanto todos los ciudadanos, aún protestantes, judíos, y católicos nominales, pueden nombrar titulares de las oficinas eclesiásticas, y la primera obligación de los sacerdotes y obispos es prestar juramente de fidelidad a la Constitución que niega a la Santa Sede cualquier poder efectivo sobre la Iglesia. 3) Salario de los ministros de la Religión: Para el bajo clero esto fue una mejora de su condición material, especialmente debido a que el valor real de estas sumas eran dos y una vez y media la suma que recibían en el momento y 4) Residencia: se establecen condiciones muy severas relativas a las ausencias de los obispos y pastores.
El Papa PÍO VI expresa su alarma a LUIS XVI y le urge a que no firme la Constitución Civil del Clero.
En la Fiesta de la Federación Nacional, los trescientos pastores que ofician en el altar de la nación usan la faja tricolor sobre sus vestimentas pastorales y ruegan por la bendición de Dios sobre la Revolución. Están presentes representantes de las ciudades de Francia, y es inaugurado una especie de culto, el de la tierra Patria, el origen remoto de todos los «cultos Revolucionarios». El Papa PÍO VI expresa su alarma a LUIS XVI y le urge a que no firme la Constitución Civil del Clero. Unos días más tarde, LUIS XVI le indica que si se niega su vida y la vida de su familia podría quedar en peligro.
LUIS XVI promulga la Constitución Civil del Clero. Será reprendido por el Papa PÍO VI.
LUIS XVI promulga la Constitución Civil del Clero. Será reprendido por el Papa PÍO VI en un comunicado confidencial, el 22 de septiembre.
Los obispos franceses, mediante un escrito, rechazan la Constitución y llaman a los fieles a hacer lo mismo.
Los obispos franceses, publican «Exposition des principes sur la constitution civile du clergé», compilado por Boisgelin, Arzobispo de Aix en la cual rechazan la Constitución y llaman a los fieles a hacer lo mismo. Esta publicación marca el comienzo de un violento conflicto entre el episcopado y la Constitución.
Un decreto estipula que todos los obispos y pastores deben jurar la Constitución en el plazo de una semana.
El 27 de Noviembre de 1790, después de un discurso de MIRABEAU, un decreto estipula que todos los obispos y pastores deben jurar la Constitución en el plazo de una semana, so pena de perder sus puestos, todos aquellos que rehúsen hacerlo y sin embargo continúen cumpliendo sus funciones pastorales deben ser perseguidos por enturbiar la paz pública.

