El hombre debe adaptar su utillaje a los nuevos métodos de caza y, sobre todo, de pesca. Así nos lo indica tanto la gran cantidad de arpones encontrados en las costas del norte y orillas de los ríos como los microlitos que posiblemente irían engarzados en piezas de hueso empleadas como propulsores. El Magdaleniense es pues una cultura de cazadores especializados, que en amplias zonas geográficas seguirían a las grandes manadas de renos en sus desplazamientos. A pesar del mayor número de yacimientos magdalenienses respecto a los precedentes solutrenses, el Magdaleniense es cronológicamente más corto que aquél. Se distribuye principalmente, al igual que el Solutrense, por las regiones cantábrica y mediterránea.
PUEBLOS Y ÉPOCAS ANTIGUOS
Total de piezas: 10
En Alaska las pruebas más antiguas de presencia humana se remontan al año -13.000 (Bluefish Cave).
En Alaska las pruebas más antiguas de presencia humana se remontan al año -13.000 (Bluefish Cave).
En Çatal Hüyük (actual Turquia) se encuentran restos de viviendas estables construidas con arcilla.
En Çatal Hüyük (actual Turquia) se encuentran restos de viviendas estables (10.000 al 6.000 aC) El material de construcción era la arcilla (piezas secadas al sol).
Estas poblaciones venidas de las estepas enterraban a sus muertos importantes bajo los llamados «kurganes».
Estas poblaciones venidas de las estepas enterraban a sus muertos importantes bajo los llamados «kurganes», palabra rusa para designar unos túmulos redondos que recubrían normalmente los restos del difunto. Casi siempre estaba rodeado de mujeres jóvenes, de las que se piensa eran inmoladas en sacrificio durante las ceremonias rituales que acompañaban la muerte del jefe. Los hallazgos arqueológicos sobre todo de los «kurganes», permiten seguir a estas poblaciones durante su avance en tres oleadas sucesivas: primero hacia el sur de Europa, hasta la planicie del Danubio, después hacia el norte, hasta el Báltico, y hacia el oeste, hasta el Elba, para, por último, hacia el III milenio aC, verles llegar hasta el Rin, en el oeste, e instalarse, en el norte en los países escandinavos.
Los campesinos por si tienen que luchar se imponen medidas de precaución para hacer más improbable la derrota.
Los campesinos por si tienen que luchar se imponen medidas de precaución para hacer más improbable la derrota. Es arriesgado permanecer dispersos cada cual en su alquería, donde resultaría fácil aniquilar a las familias de una en una. En cambio, la tendencia natural será agruparse, edificando los hogares más próximos unos a otros, de los que podrán salir para dirigirse a sus campos y regresar por la noche. Y a sus hogares podrán huir a la primera amenaza de ataque; una vez en ellas lucharán juntos y acaso rechazaran al enemigo. Las oportunidades de conseguirlo se incrementarán al construir su vivienda en una elevación, de manera que el enemigo tenga que lanzar sus proyectiles hacia arriba, en tanto los defensores los dirijan hacia abajo. Por supuesto será de gran ayuda un muro alrededor de las casas.
Con la vida sedentaria, la agricultura y la ganadería suministran más alimento a la población que se dedica a ello.
Con la vida sedentaria, la «invención» de la agricultura (cereales), lo mismo que la ganadería (cabras, ovejas, bueyes, cerdos, etc.) suministra más alimento a la población que se dedica a esas actividades. Sin embargo, la agricultura, es muy superior a la ganadería en ese sentido. Los animales convierten la vida vegetal en carne, pero al hacerlo sólo conservan una pequeña cantidad de la energía disponible en las plantas. Si los seres humanos se alimentan de éstas directamente, pueden obtener mucha más energía que si se comen los animales que se comen las plantas. Así, pues, la población agrícola se incrementa notablemente, y de hecho la agricultura da lugar a la primera «explosión demográfica». La población de homínidos que se ha multiplicado muy lentamente durante los millones de años de su existencia, no tarda en aumentar en cuanto empieza a practicar la agricultura.
El Neolítico comporta un importante cambio de mentalidad.
El Neolítico comporta un importante cambio de mentalidad. El campesino tiene que establecerse permanentemente en la vecindad del campo de cultivo y estar pendiente de él, tiene que ser previsor, tiene que reservar parte de la cosecha del año para que sirva de simiente al siguiente. Con ello nace también el sentido de la propiedad de la tierra y el sentimiento de pertenencia a ella ya que la generaciones anteriores de cazadores podían retirarse y buscar otro sitio si las cosas se complicaban, nada merecía perder la vida. Pero con la agricultura no puede ser así. A la economía de subsistencia propia de los cazadores recolectores sucede otra de producción, lo que acarrea la necesidad de dividir el trabajo.
Los agricultores de las estepas dependen básicamente de sus manadas de ganado bovino, caballos, ovejas y cabras.
Las estepas son una vasta área de praderas que se extiende desde Europa oriental a través del centro de Asia hasta Manchuria y que ha sido colonizada por agricultores de la zona occidental de Eurasia durante el quinto milenio antes de Cristo. La crudeza del clima no es muy apropiada para el cultivo, de modo que los agricultores de las estepas dependen básicamente de sus manadas de ganado bovino, caballos, ovejas y cabras.
Al período neolítico se remontan las primeras huellas de civilización en Alsacia.
Al período neolítico se remontan las primeras huellas de civilización en Alsacia (restos de hábitat y sepulturas). Durante los siglos III y II aC, algunas tribus gálicas, procedentes del oeste y del sur, se asientan en Alsacia.
La escritura marcó una enorme diferencia. Venía a ser como una conversación congelada.
La escritura marcó una enorme diferencia. Venía a ser como una conversación congelada. Los pensamientos y los datos recogidos eran mucho más permanentes si se escribían que si se transmitían oralmente. Si se copia con cuidado, tanto ahora como entonces, la escritura persiste de manera indefinida y se mantiene con más precisión en la memoria de lo que es habitual en el caso de la palabra hablada. Esto significaba que cada generación podía aprender, con más exactitud y rapidez, la experiencia acumulada de la generación precedente. Como resultado de ello, el ritmo de adelanto se aceleró. Además, los datos recogidos por escrito daban una versión razonablemente exacta de los acontecimientos ocurridos en el pasado, completados con nombres, lugares y detalles