Checoslovaquia teme cualquier intento de reconstruir el antiguo Estado austrohúngaro, y por esta razón concluye una alianza con otras naciones que han heredado territorio de aquella monarquía y que no desean ver perturbada su nueva situación. Así, Checoslovaquia firma un tratado con Yugoslavia el 14 de agosto de 1920, y con Rumania el 23 de abril de 1921. Los tres países forman la «Pequeña Entente», y esta inmediata reacción impide al ex emperador Carlos recuperar el trono de Hungría en dos ocasiones diferentes.

Las potencias occidentales convencen a Italia y Yugoslavia para que lleguen a un acuerdo, y el 12 de noviembre de 1920 coinciden en permitir que Fiume (1920-1924) se convierta en ciudad libre. Pero D’Annunzio se niega a abandonar la ciudad.