FORMOSO (Papa) (891-896)

Total de piezas: 5

FORMOSO -papa- (6.10.891 – 4.4.896), obispo de Porto. Destacará por su piedad y austeridad.


FORMOSO -papa- (6.10.891 – 4.4.896), obispo de Porto. Sus enemigos dirán más tarde que tal elección ha sido nula por prohibir los cánones que los obispos cambien de sede. Esto ya ha acontecido con el papa Marino I. FORMOSO, ha sido legado pontificio en tierras de búlgaros y muy querido por éstos. Destacará por su piedad y austeridad. En 876, siendo ya obispo, FORMOSO había atacado duramente al papa JUAN VIII, y éste le había excomulgado por lo que FORMOSO tuvo que emigrar a Francia. El Papa Marino I lo había rehabilitado en su cargo. El cardenal Baronio, en sus Anales, abre la narración del siglo X, llamándolo “siglo de hierro” por su barbarie y esterilidad; “siglo de plomo” por la deformidad de sus males; “siglo oscuro” por la carencia de escritores. El siglo X, en efecto, será un tiempo oscuro, una edad de hierro de la Iglesia, no tanto por los escándalos de los Papas, sino porque el papado se convertirá prácticamente en iglesia propia de algunas familias romanas. Este “siglo de hierro” se inicia con los hechos de este papa.

FORMOSO, que se opone a la familia Spoleto, se ve forzado a coronar emperador a LAMBERTO.


Cuando fallece Guido de Spoleto en 894, su hijo LAMBERTO reina en solitario tanto en Italia como en el Imperio y le sucede en el Ducado de Spoleto. Y es que el Papa FORMOSO, que se opone a la familia Spoleto, se ve forzado a coronar emperador a LAMBERTO de Spoleto (894-898), ya que el papa Esteban V ha coronado emperador a Guido de Spoleto. Pero los abusos de los espoletanos le impulsan a llamar en su auxilio a ARNULFO de Carintia.

FORMOSO es obligado a coronar emperador de Occidente a ARNULFO de Germania.


ARNULFO de Carintia en ayuda del Papa, entra en Roma. Temiendo que el emperador LAMBERTO de Spoleto quiera dominar al Pontificado, el rey ARNULFO, ocupa Roma con excepción de una parte en donde la emperatriz ANGILTRUDE, madre de LAMBERTO, se ha fortificado. FORMOSO, en la fecha, es obligado a coronar emperador de Occidente a ARNULFO de Carintia (896-899), quien pocos días después tiene que retirarse por enfermedad. Al abandonar Roma, los espoletanos de nuevo se adueñan de la situación.