JUAN VIII (Papa) (872-882)

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Papa_Iuan VIIIJuan VIII. Papa de la Iglesia católica de 872 a 882. Era archidiácono de Roma y fue elegido para el papado pocos días después de la muerte de Adriano.

La mayor parte de los escritos de los apologistas están dirigidos a los emperadores del tiempo.


La mayor parte de los escritos de los apologistas están dirigidos a los emperadores del tiempo. Así, el primer texto apologético con el que se cuenta es el llamado Fragmento de Cuadrato, casi todo él perdido. Se trata de un texto dedicado al emperador ADRIANO. El discurso A Diogneto puede ser datado en las mismas fechas. Otra apología dedicada a ADRIANO es la de Arístides de Atenas. Entre las que se escribieron en tiempos de ANTONINO Pío se cuentan la de ARISTÓN de Pella y las dos de JUSTINO el Filósofo (nacido alrededor del año 100 en Siquén -Palestina-, y que se convirtió siendo profesor en Roma), que escribe dos apologías: una dirigida al emperador en la que pide un trato más humano para los cristianos. Y otra -“Diálogo con Trifón”- en la que defiende al cristianismo frente al judaísmo. TACIANO el Sirio escribe durante el período de Marco AURELIO haciendo una crítica a la filosofía y hasta la cultura griega. Otro apologeta del que, sin embargo, no se conservarán sus escritos es MILCIADES. Atenágoras de Atenas escribe la Súplica a favor de los cristianos. Teófilo de Antioquía escribe a “Autólico” sobre la moral cristiana y refutando una a una las críticas que se daban a los cristianos. Como apologista latino figurará Minucio Félix.

Unido a CARLOS II el Calvo, el Papa JUAN VIII lucha contra los sarracenos que atacan a Italia.


Unido a CARLOS II el Calvo, el Papa JUAN VIII lucha contra los sarracenos que, en esta fecha, arrecian sus ataques contra Italia. El emperador ha dejado como regente a su hijo LUIS el Tartamudo.

A Carlos el Calvo le sucede su hijo LUIS II el Tartamudo como rey de Francia Occidental.


A Carlos el Calvo le sucede su hijo LUIS II el Tartamudo como rey de Francia Occidental (877-879). Mantuvo diversas disputas con su padre desde sus dominios en Aquitania y Maine y, aunque era el segundo en la línea sucesoria, a la muerte de su padre fue nombrado rey. Rechaza la corona imperial que le ofrece el papa JUAN VIII.

Tras la muerte de IGNACIO, es reconocido FOCIO como patriarca de Constantinopla.


La supuesta armonía entre las iglesias de Occidente y Oriente concluye cuando el patriarca de Constantinopla, IGNACIO, consagra un arzobispo para Bulgaria y es amenazado de excomunión por el Papa. Dispuesto a poner fin a los distanciamientos entre Roma y Bizancio, el pontífice JUAN VIII, tras la muerte de IGNACIO, en la fecha, reconoce a FOCIO como patriarca de Constantinopla (877-886), aunque rechazando las conclusiones heterodoxas por él propuestas años antes. Aparentemente se ha llegado a una reconciliación. Y es que FOCIO ha sabido ganarse las simpatías del emperador BASILIO, el cual le ha nombrado maestro de sus hijos. (La razón de este conflicto intermitente es que el patriarca siempre puede ser depuesto por un emperador y restaurado por el siguiente, en tanto el Papa, desde tiempos de Carlomagno, no tiene un emperador que ejerza el menor poder sobre él.)

Se reúne un sínodo en Constantinopla (sínodo fociano), en el cual se borran las condenas contra FOCIO.


Se reúne un sínodo en Constantinopla (sínodo fociano), en el cual se borran las antiguas condenas contra FOCIO. Este, por su parte, acepta las reconvenciones que le hace el Papa JUAN VIII.
Al ser reconocido como patriarca de Constantinopla por todo el Oriente, el Concilio de Constantinopla (869-870) es repudiado, y considerado, por los orientales, como ecuménico el sínodo fociano del año 879. JUAN VIII reconoce a FOCIO, y lo mismo harán sus sucesores, a pesar de que el patriarca, en su “Mystagogia Spiritus Sancti” emprende de nuevo la polémica con los latinos.

CARLOS III el Gordo, rey de los germanos, solicita la corona imperial. El Papa JUAN VIII se la concede.


Habiendo fallecido (879) Luis II el Tartamudo, rey de Francia, no se encuentra entre los soberanos carolingios un candidato adecuado para ser emperador de Occidente. ¿En quién recaerá la corona imperial, que desde Carlomagno se ha ido transmitiendo por vía hereditaria? ¿A la rama franca o a la rama germánica? Sólo el papa puede decidirlo, y sin la aprobación del Romano Pontífice de nada le servirá a cualquier príncipe arrogarse ese supremo título. CARLOS III el Gordo, rey de los germanos, hijo de Luis II el Germánico, solicita la corona imperial (881-888). El Papa JUAN VIII se la concede.

Ante el ataque de los sarracenos, el papa JUAN VIII pide ayuda a Bizancio. CARLOS III no le ayuda.


Ante el ataque de los sarracenos, el papa JUAN VIII tiene que arreglárselas con Bizancio ya que el nuevo emperador, CARLOS III el Gordo, no le ayuda. Gracias a su política de tolerancia ante los diversos problemas que tiene planteados con Constantinopla, obtiene el papa el apoyo del emperador bizantino en sus luchas contra los sarracenos del sur de Italia. CARLOS III el Gordo no presta al papa la ayuda que le solicita contra los sarracenos, ya que otros negocios más urgentes le aguardan en Alemania donde los normandos hacen estragos subiendo por la corriente del Rin.

JUAN VIII es envenenado y rematado a golpes de martillo por uno de sus familiares.


El peor enemigo del papa JUAN VIII no son los infieles, sino sus más inmediatos y, en teoría, fieles amigos y familiares. Con CARLOS III el Gordo luchando contra los victoriosos normandos que asolan el norte de los territorios francos y germánicos, los nobles italianos que nunca han visto con buenos ojos al papa, se rebelan contra él. En esta fecha uno de sus familiares le proporciona una bebida envenenada que tarda en hacer su efecto, por lo que coge un martillo y le da con él en la cabeza dejándole muerto en el acto.