REINO DE JERUSALÉN (1099-1291)

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Los Estados latinos de Tierra Santa se desarrollan gracias a la llegada de colonos cristianos fieles a Roma y de mercaderes italianos.


Los Estados latinos de Tierra Santa se desarrollan gracias a la llegada de colonos cristianos fieles a Roma y de mercaderes italianos. En pago al apoyo que han prestado a las operaciones militares, las ciudades italianas obtienen el derecho a instalarse en barrios, donde abren tiendas y almacenes, y a la concesión de privilegios comerciales: tasas reducidas y libertad de comercio. Los armadores y mercaderes italianos perfeccionan su flota, que navega entre Pascua y Todos los Santos. Los grandes beneficiarios de las cruzadas son genoveses, pisanos y venecianos. Ellos son los primeros en acuñar monedas de oro en todo Occidente. Los Estados latinos han de organizarse con pocos hombres, en un entorno hostil que empeora hacia 1150, al reanudarse la djihad o guerra santa de los musulmanes. El reino latino de Jerusalén sufrirá numerosas crisis, debido a las grandes pérdidas provocadas por los constantes y encarnizados combates y la dureza del clima. La sucesión al trono del reino de Jerusalén levanta mucha codicia, de tal modo que las mujeres también pueden transmitir la corona. Para un monarca que no tenga heredero, la elección de un yerno se convierte en un grave asunto, pues se trata de encontrar un sucesor competente y que pueda ser aceptado por todas las fuerzas políticas del reino. La lepra no excluye ni a los sucesores del trono: en el 1174, con 13 años, Balduino IV, coge este mal; llega a ser rey. Muere en el 1185.

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Tanto la peregrinación como la cruzada son asuntos reservados exclusivamente a los hombres.


Tanto la peregrinación como la cruzada son asuntos reservados exclusivamente a los hombres, de modo que hay muy pocas mujeres cristianas de «noble cuna» en los Estados latinos, lo cual les otorga un rango bastante especial. Los cruzados de cualquier condición que deciden instalarse en algún lugar de Tierrra Santa han de casarse, por lo general, con cristianas indígenas de rito oriental, griegas, armenias o sirias. Ello favorece una cierta orientalización de la higiene y de las costumbres en el comer y en el vestir, que si bien, por lo general, puede decirse que es superficial, sí se hace notar entre los hombres nacidos en Tierra Santa, a los que se llama «pollos». La mujer puede transmitir tierra, feudo, título e incluso la corona. De ahí que las herederas y las viudas sean tan solicitadas.

SALADINO despedaza, en la Batalla de Seforia, a las tropas de Gerardo de Ridefort.


El 1 de mayo de 1187, SALADINO despedaza, en la Batalla de Seforia, a las tropas de Gerardo de Ridefort. Sigue después su ruta para sitiar Tiberíades, a fin de atraer a las tropas cristianas y así afrontarlas en un terreno que le sea favorable.

SALADINO, sultán de Egipto y de Siria, derrota al ejército del Reino de Jerusalén.


En julio del año 1187, SALADINO, sultán de Egipto y de Siria, derrota al ejército del Reino de Jerusalén en la batalla de Hattin. La batalla de los Cuernos de Hattin fue un importante encuentro armado que tuvo lugar el 4 de julio en Tierra Santa, al Oeste del Mar de Galilea, en el desfiladero conocido como Cuernos de Hattin (Qurun-hattun) entre el ejército cruzado, formado principalmente por contingentes Templarios y Hospitalarios a las órdenes de GUIDO de Lusignan, rey de Jerusalén, y Reinaldo de Chatillon, contra las tropas de SALADINO. Ambos ejércitos cuentan con unos efectivos similares, en torno a los 17.000 hombres cada uno. Los cruzados avanzan al encuentro de SALADINO, pero la previsión nunca ha sido su punto fuerte, y acaban en una zona desprovista de agua. Sus reservas de agua se agotan, y SALADINO despliega sus tropas de tal manera, que los cruzados no puedan dirigirse a lugar alguno donde aprovisionarse. Y entonces, cuando ya sufren de sed y se hallan exhaustos, el ejército de SALADINO ataca y los deshace.

Tras largo asedio, SALADINO entra en Jerusalén ordenando purificar el Templo con agua de rosas.


the_horns_of_hattin_by_aranthulas-d3di22mTras largo asedio, SALADINO, en la fecha, entra en Jerusalén ordenando purificar el Templo con agua de rosas. El propio sultán SALADINO hace lo posible para mitigar las consecuencias de la derrota, prohibiendo a sus generales la destrucción de los Santos Lugares. El Reino de Jerusalén continuará, sin embargo, existiendo nominalmente, si bien reducido a San Juan de Acre. Se sucederán los monarcas: Conrado de Monterrato, Enrique de Champaña, Amalrico de Lusignan, María de Monferrato y su consorte Juan de Brienne (que realizará una brillante, pero estéril, campaña en Egipto, durante la V cruzada, 1221) y, por su matrimonio con Isabel de Brienne, el emperador Federico II, que obtendrá, mediante negociaciones, una especie de condominio cristiano-islámico sobre la ciudad santa (1229). Los franciscanos se quedan y sustituyen a los caballeros en su misión. Los cruzados sólo conservan las ciudades de Antioquía, Tiro y Trípoli.